A propósito de una visita a la
villa y al solar de la antigua fortaleza.
“De este monte se va baxando hácia la villa
(de Castielfabib),
situada en la cuesta rápida de un cerro,
coronado hoy dia por las ruinas de una
fortaleza.
Subí á lo mas alto para descubrir las
cercanías
y los objetos que á pocas leguas cierran el
horizonte”
-Antonio
J Cavanilles (1745-1804), Observaciones (Madrid, 1797)-.
Viene de:
En
busca del castillo de Castielfabib.
Desde
el centro del Rincón de Ademuz, para subir a Castielfabib por carretera lo
mejor es tomar la CN-420 en dirección a Cuenca... Desde Ademuz y la parte
meridional de la comarca, cabe seguir la antigua CN-330, vía El Soto y el
Montecillo, donde se halla el Punto de Interpretación Geológica,[1]
continuando hasta el cruce con la carretera de Cuenca en el puente sobre el
Ebrón en Los Santos (Castielfabib). Y desde Torrebaja y la parte septentrional
de la comarca, siguiendo el curso ascendente de la 420 vía Los Santos. Ambas
carreteras confluyen en el citado puente del Ebrón frente a la aldea
castielfabiense. La Nacional hacia Cuenca discurre en llano y paralela al río
Ebrón hasta el desparecido lugar de Las Monjas, para ascender en fuerte repecho
de varios cientos de metros, hasta un desvío que aparece a la derecha, en
dirección a Castielfabib (3 km) y El Cuervo (6 km), población ésta de Teruel.
La Nacional continúa su trazado ascendente en dirección al puerto del Hontanar,
vía la Hoya Hermosa y ambos Colladillos –el de Arriba y el de Abajo-: el
trayecto resultará conocido para los que hayan visitado Arroyo Cerezo y el
paraje de La Cruz de los Tres Reinos.[2]
La
carreterita que parte de la Nacional baja hasta el barranco Hondo y sube por la
ladera opuesta para internarse después en el paraje de Los Centenares. En un
punto del trayecto veremos un espacio sombreado a la derecha de la vía, frente
a un huerto de paneles solares, donde se halla el Mirador de las Hoces del
Ebrón.[3]
Desde el Mirador ya puede observarse una estupenda vista del caserío de
Castielfabib, descorriéndose por la ladera sur-oriental del cerro sobre el que
se asienta, entre El Torrejón y la eminencia del castillo, abocado a la Vega
Zaragoza. Mucho se ha escrito acerca de la influencia del paisaje sobre el
paisanaje, y alguna influencia debe tener, pues entiendo que no es lo mismo
vivir en la costa que en el interior, ni son del mismo carácter los que viven
en el llano y los que lo hace en un lugar alto y arriscado como Castiel;
quizá porque la altura condiciona en ver las cosas con distinta perspectiva que
la horizontalidad..., aunque esto está por ver, y quizá no sea más que
literatura, impresiones por confirmar.
Vista del caserío de Castielfabib (Valencia), desde el Mirador de las Hoces el Ebrón (2012). |
Dejamos
el Mirador y continuamos por la carreterita, hasta llegar a Los Planos, desde
donde puede admirarse otra estupenda vista del caserío, ésta más serena y
cercana. En este punto de la carretera, junto a unas moreras veremos unas
paletas de madera indicando varias direcciones. Se trata de caminos que cruzan
o parten de la carretera. El camino de la derecha lleva hacia la Vega Zaragoza,
para bajar paralelamente al Ebrón hasta Los Santos por Los Callejones. El
camino de la izquierda guía hacia Vallanca, vía Tóbedas de Abajo y Arriba, por
el camino de la Hoya Hermosa. Para ir al Mirador del Castillo lo más cómodo y
rápido es acercarse hasta Castiel, atravesar los túneles –el de La
Solana y el de La Umbría- y subir a la villa por la rampa que nace a la altura
del cementerio municipal y ermita de Nuestra Señora de Gracia.[4]
Podremos aparcar el vehículo en los lugares señalizados, incluso en la misma
plaza Mayor. Y desde allí dirigirnos hacia la iglesia, para subir hasta el
castillo por unas escaleritas labradas en la misma roca que nacen al pie de la
calle que circunda la fortaleza.
El
camino descrito es el más rápido y cómodo, pero para tener una visión de
conjunto lo más aconsejable es seguir antes el camino asfaltado que nace a la
altura de la calle los Planos, a la izquierda de la carretera. Disculpen que
insista, pero antes de emprender la subida por la calle los Planos merece la
pena detenerse para echar una nueva mirada hacia la villa, pues la vista lo
merece. Castiel es uno de esos lugares de gran belleza formal –incluso
exótico en muchos sentidos-: fotogénico al extremo desde múltiples
perspectivas, pero incómodo para vivir… Aunque como habemos gente para todo,
algunos lo encontrarán encantador, y seguramente lo es, pues el mejor lugar
para vivir es aquel en que uno decide hacerlo. En todo caso, el panorama desde
la villa bien merece alguna incomodidad. Decía que para subir hasta El Torrejón
iremos por la calle de los Planos, en dirección al camino de la Hoya Hermosa.
Atravesaremos primero una zona de cultivos, eras y pajares, naves y almacenes,
para enfilar enseguida un fuerte repecho. La subida ofrece un descansillo en un
punto donde la carretera hace un brusco giro a la izquierda, ya cerca de la
parte llana del tramo. Desde este punto podremos observar una nueva perspectiva
del caserío en su vertiente meridional, en la que se hace evidente el declive
de la ladera sobre el que asienta la villa. Nos hallamos en un lugar elevado,
casi en la horizontal del castillo y fortaleza, aunque todavía por debajo de El
Torrejón. Del caserío nos separa la hendidura de un barranco pedregoso que baja
hasta la carretera, cuyo trazado discurre en horizontal, hasta internarse en el
túnel de La Solana.
Aunque hay algunas casas
dispersas por la ladera, el grueso del caserío se arracima, por no decir que
monta a horcajadas entre El Torrejón y el castillo, de forma que aquel quedaría
en la grupa y éste en el amarre delantero de la montura. Aguzando un tanto la
vista podremos distinguir varios torreones almenados confundidos entre las
casas, uno de ellos todavía está habitado y otros lo estuvieron. Siguiendo con
la mirada podremos trazar una línea imaginaria uniendo estos torreones, hacia
el oeste con El Torrejón y hacia levante con el castillo y fortaleza. Veremos
así que la villa medieval intramuros se hallaba en la parte alta de la
población, formando apenas un puñadito de casas por esta parte, mientras que
las que hay fuera del recinto amurallado, de haberlas entonces quedaban
extramuros. Muchas de estas construcciones debieron levantarse con las piedras
de la antigua muralla medieval. Como escribió Cavanilles al decir de
Ademuz (1797), “Casi todas gozan la deliciosa vista que el Turia y
campos inmediatos les presentan; pero el sitio más ventajoso para disfrutarla
es el castillo, situado en la cumbre del cerro” –en este caso tan sólo tendríamos que
sustituir “Turia” por “Ebrón” y “castillo” por “Torrejón”-. Del Torrejón
solamente queda un fragmento de muro esquinado que mira al sureste, mientras
que del castillo apenas restan unos muros cercenados, con un lienzo de lo que
pudo se la alcazaba o parte más alta de la fortificación musulmana.
Vista meridional del caserío de Castielfabib (Valencia), desde Los Planos (2012). |
Poco más arriba de esta cerrada
curva el camino se allana, discurriendo entre monte bajo y paradas de
almendros, así hasta arribar a un cruce de caminos. Por la derecha sube el que
viene de la villa procedente del barrio de La Torreta y que guiaba para Castilla, el
cual continúa por la izquierda en dirección a Hoya Hermosa, rentos del
Colladillo –de Arriba y Abajo- y ambas Tóbedas. Aquí encontramos las primeras
casas de Castiel, frente a las que hay un pilón de obra coronado por una
cruz metálica, sito éste en hondo. La mayoría de las construcciones muestran un
estilo rústico moderno, aunque otras parecen trasplantadas a un lugar
equivocado, tal una de estilo alpino con teja negra. Para llegar hasta El
Torrejón conviene seguir el camino que hay al frente, entre dos casas, para
continuar en dirección levante. A nuestra izquierda veremos en un alto el nuevo
depósito del agua potable que abastece la población. Poco más adelante el
camino que venimos siguiendo toma dos direcciones, por la izquierda baja hacia
la villa por la calle Moral, que sigue la ladera norte del cerro. Por la
derecha el camino lleva hasta unas construcciones a modo de corrales, sitas éstas
por encima del viejo depósito del agua potable. Tomaremos este último camino y
seguiremos monte a través del cerro por la ladera meridional, hasta arribar al
Torrejón… Visto al frente, que es el este, El Torrejón parte el paisaje en dos
panorámicas, una al norte y otra al sur. Asomados a los cantiles del panorama
septentrional podremos admirar una singular vista de la parte umbría del
caserío. A nuestros pies discurre el camino que forma la calle Moral, y por
debajo de éste el torreón del Hospital, en cuyas inmediaciones debió situarse
el antiguo hospital de pobres de la villa (1446).[5]
En un plano medio quedan las casas del barrio de Barrioso, por encima del túnel
de La Umbría y el conjunto arquitectónico de la iglesia-fortaleza y castillo de
Castiel, asentados sobre un fabuloso peñasco calizo.
El conjunto arquitectónico de la
iglesia-fortaleza, con sus cúpulas y la torre-campanario ocupan la parte
izquierda del promontorio. En el extremo izquierdo del mismo se observa una
zona desnuda de edificios, que corresponde a la Villa Vieja, la zona
habitada más antigua del lugar, probablemente un castro celtíbero dado el
hallazgo de restos cerámicos de ese periodo del bronce valenciano en que se
produce el “encastillamiento” de esa cultura.[6]
A la derecha del conjunto arquitectónico, en lo que es la parte central y
derecha del promontorio se hallan los restos de la antigua fortaleza, coronados
por un lienzo de lo que pudo ser la alcazaba de la fortificación musulmana. El
baluarte posee varios niveles de muralla, el inferior parte de la esquina
nor-occidental de la torre-campanario, sita a la cabecera del templo, lado de la
epístola, y continúa circundando la parte superior del promontorio hasta el
sureste. Hay otros niveles de muralla, el más elevado decía que corresponde a
la alcazaba. Por detrás del promontorio se abre un profundo valle por cuyo
fondo discurre el cauce del Ebrón, que circunvala la base del peñasco para
dirigirse al sureste. Más allá los montes se elevan de nuevo, son altozanos
calizos, grises y verdosos poblados de monte bajo. El horizonte más lejano lo
cierran las elevadas cumbres de la sierra de Javalambre…
Vista de la panorámica noroccidental de Castielfabib (Valencia), desde el camino Moral, con detalle de la iglesia-fortaleza y el castillo al fondo (2014). |
Vista de la panorámica noroccidental de Castielfabib (Valencia), desde la calle Moral, con detalle del torreón del Hospital a la izquierda y la iglesia-fortaleza y el castillo al fondo (2014). |
Vista de la panorámica nor-occidental de Castielfabib (Valencia), con detalle de la iglesia-fortaleza y el castillo al fondo (2014). |
La panorámica sur-oriental es
distinta, a nuestros pies se halla el camino que sube de la villa hacia
Castilla y el barrio de La Torreta, donde todavía puede verse un torreón
almenado que fue parte de la muralla medieval de Castiel. Resulta fácil
advertir que en dicho lugar debió abrirse una de las puertas de la muralla.
Hacia el sureste queda el valle del Ebrón, en cuya margen derecha se halla la Vega
Zaragoza, una zona de cultivo por donde discurre el camino que conduce hacia
Los Callejones. El centro del valle viene marcado por la profunda depresión de
las Hoces del Ebrón, en cuya margen izquierda todavía pueden verse los restos
de lo que fuera la iglesia conventual de san Guillermo, sita en una somera
planicie donde se hallaban los demás edificios del monasterio.[7]
El convento sufrió los efectos devastadores de las desamortizaciones del primer
tercio del siglo XIX, y después la demolición y el aprovechamiento de su piedra
para la construcción de las infraestructuras de la Central Hidroeléctrica que
se construyó en la zona a comienzos del siglo XX: del complejo sólo quedan las
ruinas de la iglesia conventual y unas piedras labradas correspondientes al
brocal de la cisterna... Del convento de Castiel, dice Escolano en sus Décadas
(1610-11):
- En par del rio Hebron, se vé fundado un convento de frailes Franciscos, que fué primero de Agustinos ó Carmelitas, y le dejaron por la aspereza de la tierra; y está dedicado á honra y nombre de San Guillén, de quien cuentan los vecinos por tradición, que en una cueva de aquellas enriscadas peñas, en hábito de ermitaño hizo rigurosa penitencia, y resplandeció en milagros; aunque agora no se puede subir á ella, por haberse desgajado de la peña con el tiempo.[8]
Vista de la panorámica sur-oriental de Castielfabib (Valencia), desde el Torrejón, con detalle de la Vega Zaragoza y las ruinas del convento de san Guillermo, sito "en par de rio Ebrón" (2012). |
Fachada principal de la iglesia conventual de san Guillermo en Castielfabib (Valencia), con detalle del soporte metálico colocado para consolidar el arco recto de la entrada (2012). |
Vista de las ruinas de la iglesia conventual de san Guillermo en Castielfabib (Valencia), con detalle de las arcadas correspondientes a las capillas laterales, lado de la epístola (derecha), 2012. |
Desconozco si Escolano
estuvo en Castiel a principios del siglo XVII, pero escribe como si
hubiera estado. Propiamente dice que a la vera del Ebrón “se vé fundado un
convento” de franciscanos, pero “que fué primero de Agustinos ó Carmelitas”.
Por la expresión parece que duda si fueron uno u otros, lo cierto es que
primero estuvo ocupado por Ermitaños de San Agustín y luego por Carmelitas de
Aragón -aunque los últimos estuvieron poco tiempo-: ambos, sin embargo, lo
abandonaron por el mismo motivo, “la aspereza de la tierra” y lo desabrido del
clima. El convento ha estado siempre “dedicado á honra y nombre de San
Guillén”. Lamentablemente no se detiene a describir el aspecto del convento, me
refiero a los edificios que debieron conformar el recinto conventual: iglesia,
cementerio, casa-convento y claustro, y recintos anejos como establos, huertos,
etc. Sí se detiene, no obstante, en decirnos del santo Guillermo y su tradición
local... Refiere el cronista que los vecinos relatan que “en hábito de
ermitaño” el santo vivió “en una cueva de aquellas enriscadas peñas”, “hizo
rigurosa penitencia, y resplandeció en milagros”. Cuando decimos de san
Guillermo de Castielfabib nos estamos refiriendo al santo de Aquitania, personaje
mixtificado por la tradición y la leyenda ya desde la baja Edad Media. Si
estudiamos la vida del santo según la cuenta fray Jaime Jordán (1704),[9]
veremos que se trata de un personaje irreal, a la vez que de un magnífico
constructo hagiográfico, cuya vida se basa en la de varios personajes de nombre
Guillermo vinculados por historia o tradición con el ducado de Aquitania
(Francia), entre los que se hallan Guillermo el Santo (755-812),
Guillermo IX el Trovador (1071-1126), Guillermo X el Tolosano (1099-1137) y Guillermo de Maleval, el
Grande (+1157). Jordán hace morir a su personaje en 1157, esto es, a
mediados del siglo XII –al tiempo que fallece el de Maleval-: entonces el
territorio del pre-Rincón de Ademuz se hallaba bajo dominio musulmán, segundas
taifas. En Valencia y Murcia Muhammad ibn Mardanis (1147-1172), alias Lobo,
se hizo con el poder y consiguió resistir el avance almohade hasta un año antes
de su muerte (1171).[10]
Pensar que en aquellas fechas hubo un ermitaño cristiano habitando en una cueva
de Castielfabib es un tanto ilusorio, pero creer que dicho personaje era el
duque de Aquitania resulta francamente descabellado... Entonces, ¿de dónde
procede la devoción castielfabiense por san Guillermo? No lo sabemos con
certeza, pero en los estatutos de la Cofradía “Señor San Guillermo”
–sancionadas por Juan I el Cazador (1350-1396) en 1393, ya se dice de una iglesia
vinculada a esta advocación.
Vista suroccidental del Torrejón de Castielfabib (Valencia), torreón que cerraba al poniente la muralla medieval (2014). |
Sigue diciendo Escolano:
- Guardan el cuerpo del Santo en la iglesia Parroquial de la villa; y como tal hace memoria dél el doctor Villegas en la tercera parte del Flos Santorum en la vida de San Guillermo; y tambien fray Gonzaga; general de los Franciscos, en la historia de su órden, parte tercera, de los monasterios del reino de Valencia.
Se nombra aquí al doctor
Villegas –se refiere a Alonso de Villegas Selvago (1533-1603)-,
que fue un eclesiástico y escritor español, autor de un célebre libro en seis
volúmenes -Flos Sanctorum-, en el que se recogen vidas de santos según
la tradición legendaria postridentina, cuya primera parte se publicó en Toledo
en 1578 y la quinta en Cuenca en 1594: la tercera parte de esta serie es la que
cita Escolano.[11] Fray Jaime Jordán refiere que estuvo en
Castielfabib –el 11 de abril de 1696-, donde vio los restos de san Guillermo: pudo ver unos huesos, lo que
resulta más difícil de creer es que fueran realmente los del santo de
Aquitania. Asimismo, refiere que los feligreses transportaron los presuntos
restos del santo desde su tumba en la iglesia conventual hasta la parroquial
(los gozos dicen que los llevaron a un lugar próximo al cementerio), para
evitar se los llevaran los frailes, y que los lugareños tomaban tierra del
lugar de la tumba del santo en la iglesia de san Guillermo y la mezclaban con
sal para curar enfermedades del ganado –lo que se corresponde con pías
tradiciones locales-: poco importa que fueran o no las reliquias del santo, lo
que realmente interesa en estos casos es la fuerza de la fe.[12]
Vista suroccidental de la Torreta de Castielfabib (Valencia), torreón que cerraba al poniente la muralla medieval (2014). |
Vista suroccidental de la Torreta de Castielfabib (Valencia), torreón que cerraba al poniente la muralla medieval (2014). |
Nos hallamos junto a los restos
de El Torrejón, extraordinaria atalaya desde la que se puede contemplar una de
las más hermosas panorámicas del Rincón de Ademuz... Decíamos que el torreón
dividía la panorámica oriental en dos mitades, teniendo el caserío a nuestros
pies. Pero el torreón tiene interés por sí mismo, ya que constituye el
cerramiento de la muralla medieval que tuvo la villa en épocas históricas.
Visto por su fachada meridional o sur-occidental vemos que se halla sobre un
soporte de piedra tosca de gran potencia en posición ligeramente inclinada. Del
torreón apenas queda una esquina y los fragmentos de lienzo que la forman. En
la base del lienzo que mira al sur hay varias tongadas de piedra tosca bien
labrada a modo de zócalo, con un somero saliente a modo de cornisa. Los esquinares
son también de tosca bien labrada, con franjas de piedra caliza planas
delicadamente dispuesta en los lienzos, esto es, entre las esquinas. Por la
parte occidental se adivina el resto de otra arista, lo que induce a pensar que
pudo ser un cubo de muralla adaptado al terreno, cuadrangular u octogonal.
Desconocemos la altura que pudo tener, pero puede que le falten varios metros.
En cualquier caso constituye el punto más elevado del cerramiento de la
muralla, muy por encima del castillo. Por la parte norte-nordeste sólo puede
verse el relleno, basado en piedras unidas con argamasa de cal y canto.
Observando con atención nos apercibiremos que en la base meridional del
torreón, éste continúa mediante unos restos de muralla, en dirección al torreón
almenado que hay debajo, donde probablemente se hallaba una de las puertas de
la villa. La Torreta se explica por ser este punto de la defensa uno de los
más vulnerables, de ahí que sirviera también para proteger la puerta por la que
se accedía desde poniente.
De espaldas al torreón, mirando
hacia el noroeste veremos también una espléndida panorámica.. A nuestros pies
se halla el camino por el que se accede a la población por la calle Moral, el
torreón del Hospital y la rampa que sube desde la carretera. La carretera
circunda el cementerio y la ermita de Nuestra Señora de Gracia, que se halla
por encima del Polideportivo Municipal del “Huerto del Cura” y continúa por la
margen izquierda del valle del Ebrón –según lo miramos desde la Torreta-. La
zona frente al camposanto, por encima de la carretera, esta ocupada por las
antiguas eras y pajares del lugar. El valle del Ebrón se halla encajonado por
los montes que lo circundan, cuyo punto más hondo lo marca el cauce del río.
Parece que las choperas ocupan toda la cuenca, pero otrora sus márgenes fueron
auténticos vergeles. En la cabecera del valle se distingue el caserío de El
Cuervo, población que es ya de Aragón, de la que destaca la torre-campanario de
su parroquial (siglo XVI) y el Castillo, del que no queda más que el nombre,
restos de un aljibe y una cueva labrada en la tosca, a la que se accede desde
la cima. El castillo de El Cuervo pudo ser un recinto amurallado con un
torreón, perfectamente visible desde Castielfabib. Al fondo izquierda de la
panorámica se halla la mole del Cerro Jabalón (1.692 m), que desde nuestra perspectiva
muestra su inconfundible figura de naveta invertida. Si trazamos una línea
recta imaginaria en esa dirección podríamos unir Albarracín (Valencia) con
Alpuente (Valencia), pasando por Javaloyas, Tormón, El Cuervo, Castielfabib,
Ademuz, Santa Cruz de Moya..., en lo que fue una raya defensiva de la época
musulmana.
Vista de la Vega Zaragoza y hoces del Ebrón en Castielfabib (Valencia), con detalle de las ruinas del convento de san Guillermo y Peña Tajada (2012). |
Vista occidental de la Torreta en Castielfabib (Valencia), con detalle de su fábrica, basada en piedra con cal y canto (2012). |
Vista occidental del caserío de Castielfabib (Valencia), con las ruinas del convento de san Guillermo "en par del rio Ebrón" (2014). |
De la Torreta al castillo de
Castielfabib.
Dejamos la atalaya para
encaminarnos al castillo, bajando directamente por la base del torreón hasta la
calle Moral... Lo más prudente, sin embargo, sería volver al cruce de caminos
antes indicado y seguir por el camino meridional que baja a la villa por el
barrio de La Torreta, aunque también podríamos bajar siguiendo el camino que
discurre por la ladera umbría que lleva a la calle Moral. Ambos caminos
confluyen en un cruce de calles, allí se dan cita la del Calvario, la del
Torrejón y la del Moral. En cualquier caso merece la pena visitar el torreón
almenado que hay a la entrada, en lo que pudo ser una de las puertas de la
antigua muralla: la puerta de Castilla. En una parte del muro del torreón hay
un cartel con un texto borroso que dice:
- Resto de la Muralla. Como villa-fortaleza (que fue Castiel) son bastantes los restos que quedan diseminados por el pueblo, unos integrados dentro de las viviendas y otros solitarios como vestigios erectos del pasado./ La parte del castillo que actualmente se conserva es la torre del homenaje, de la que recientemente se ha restaurado el paso de ronda, actualmente adaptada a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles./ La torre del homenaje se alza sobre un promontorio rocoso que domina el valle (del Ebrón), el pueblo y la carretera. Esta posición viene dada por la situación estratégico-defensiva que cumplía en el momento de su construcción, hacia el siglo XII, aprovechando una parte del castillo cuyos orígenes parecen ser inicialmente romanos y posteriormente árabes./ En su parte norte donde (nos hallamos) el relieve en sí no favorece el aspecto defensivo, se hizo necesaria la construcción de un recinto fortificado del que apenas quedas los restos de un lienzo de muralla.
Ciertamente,
merece la pena visitar esta parte del pueblo y dejarse llevar por la
imaginación... Pienso en las generaciones de castieleros que habrán pasado por
esta calleja, andando o a lomos de alguna caballería, camino del trabajo o de
regreso a casa, y en lo que estas viejas piedras carcomidas por la intemperie y
el paso del tiempo podrían contarnos, de poder hablar...
Desde el barrio de la
Torreta nos dirigimos a la plaza Mayor por la calle Calvario, que muestra un
empedrado de piedra rodena en el centro. La plaza de Castiel es un
espacio alargado e irregular, con una fuente de pilón en el centro. El edificio
más notable es la Casa de la Villa, que luce una fachada renacentista con dos
arcadas de bella factura, correspondientes a la lonja del lugar, y que la
restauración ha puesto en evidencia: hasta ahora los arcos se hallaban cegados
para aprovechar el espacio. El piso bajo estuvo destinado a escuela pública y
el alto a las oficinas municipales, siendo de destacar el artesonado.
De la plaza parten varias vías, una de ellas es la calle Fuente, que baja en
dirección a la parte Solana del pueblo, camino de la carretera, la Vega
Zaragoza y el Camino de los Callejones. La otra calle importante es la de la
Iglesia, que conduce a la rampa de acceso desde la carretera y a la
iglesia-fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles.
Vista de la iglesia-fortaleza y castillo de Castielfabib (Valencia), desde la Torreta (2014). |
Desde la plaza bajamos un trecho
y volvemos a ascender en dirección a la iglesia, cuya entrada se halla al pie
del peñasco del castillo. Dicha puerta es conocida entre los lugareños como la
Reja, aludiendo a una verja que protegía el acceso, y también del Carrejón, atendiendo
al paso en forma de callejón sito bajo la iglesia. En tiempos históricos dicha
puerta constituyó el acceso natural a la fortaleza con vehículos o caballerías,
circundando la cabecera del templo y pasando por el la base de la
torre-campanario. En cierto momento, en relación con la construcción del
recinto de la sacristía y del alargamiento del testero del templo, el acceso al
castillo quedó interrumpido. Ello pudo ser al tiempo que se construía la
capilla de los Espejo, en estilo renacentista, hecho que tuvo lugar a mediados
del Quinientos, cuando con la unificación de los reinos hispanos los
castillos de frontera entre reinos dejaron de tener la importancia defensiva
que antaño tuvieron.
Para llegar al castillo y
fortaleza de Castiel hay que trepar por la ladera del cerro en que se halla...
Digo trepar, pues la escalerita labrada en la misma roca del monte así lo
requiere, o casi. Y hay que hacerlo con precaución, agarrado a la baranda
protectora que posee. El final de la escalerita coincide con una abertura en la
muralla, lo que nos permite llegar hasta el primer nivel de la fortaleza. El
botánico valenciano Antonio Josef Cavanilles (1745-1804) la menciona a
su paso por la localidad:[13]
esto fue en los primeros días de septiembre de 1792, procede Vallanca, vía las
Tóbedas y el Colladillo, y dice:
- De este monte se va baxando hácia la villa, situada en la cuesta rápida de un cerro, coronado hoy dia por las ruinas de una fortaleza. Subí á lo mas alta para descubrir las cercanías y los objetos que á pocas leguas cierran el horizonte. Al nordueste caen los montes de Aragon sucesivamente mas altos, de los quales los de Tormón y Cuervo, pueblos de aquel reyno, quedan á media legua de distancia. Por entre sus profundas raices baxa el rio Ebrón, que dexa á su derecha el Cuervo y Castielfabíb, describiendo un semicírculo por la parte septentrional de esta villa, donde tuerce hácia el mediodia en busca del Turia. Siguiendo con la vista el curso del Ebrón se ven las huertas que fertiliza, y á cierta distancia varios cerros, cuyos cabezos alternan y cortan la vista por aquella parte, donde dexan ángulos entrantes y salientes, y varios recodos aprovechados en huertas.[14]
Detalle de torreón habitado en Castielfabib (Valencia), sito en el barrio de La Torreta (2014). |
Detalle de la base del torreón habitado, correspondiente a la muralla medieval de Castielfabib (Valencia), 2014. |
Detalle del arco de medio punto en una vivienda de la calle Calvario en Castielfabib (Valencia), 2014. |
Detalle de la calle Calvario en Castielfabib (Valencia), en la confluencia de la calle Moral y Torrejón (2014). |
Detalle de la calle Calvario en Castielfabib (Valencia), que desde la plaza Mayor asciende hasta el barrio de La Torreta (2014). |
En
tiempos del botánico Cavanilles, finales del siglo XVIII, en el castillo
de Castiel sólo quedaban “las ruinas de una fortaleza”, ruinas que no
describe porque seguramente nada de ellas llamó su atención. Sigue diciendo:
- Mas adelante como dos horas del punto de observación se descubre el boquete que dexan los últimos cerros, en cuyo fondo queda oculto Ademúz, seguido después de elevados montes en forma de graderías. Entre estos saca su loma obtusa la Serretilla de Campablo (hoy, Campalbo), que se avista casi por el sur, y continuando en arco hácia el oriente se van descubriendo el Cerrellar de Ademuz y los montes de la Puebla (de San Miguel) en el reyno de Valencia; los de Riodeva, Camarena y Javalambre en Aragón. Muy cerca de la villa y del cerro del Castillo en la ribera izquierda del Ebrón parecian hermosas huertas, y la industria de sus dueños, que para regarlas dirigen las aguas por canales excavados en la peña, algunos de ellos a bastante altura.[15]
En su descripción, el
naturalista no menciona la aldea de Los Santos (Castielfabib), quizá porque en
su tiempo no se veía desde el castillo, por ser aldea de muy poco vecinos,
aunque hoy día sí que pueden verse algunas casas de la parte septentrional. Hará mención de ella, sin
embargo, al pasar por la aldea, camino de Torrebaja. Por lo demás su
descripción es ajustada a la realidad geográfica, como si nada hubiera cambiado
desde entonces. Con agudeza percibe el problema que para los de Castiel supone
el riego de sus huertas, debido a la profundidad de las aguas del Ebrón, “que
parecen huir y esconderse de su vista”, comenta:
- En otro tiempo quando se fundó el Convento de San Guillermo, que está á la izquierda del rio en frente de la villa, se sabe por tradicion que las aguas pasaban casi á nivel con la superficie del suelo, de modo que sin baxar gradas ni cuesta se tomaban las necesarias; pero actualmente corren 20 varas mas profundas, y cada dia se aumenta la profundidad del cauce, el qual es todo de piedra tosca desde que el rio entra en el reyno de Valencia hasta las cercanías de Torre baxa, y se extiende largo trecho por ambas riberas sin mudar de naturaleza. Ya empiezan á sentirse los malos efectos que causa la profundidad en que se hallan las aguas, principalmente en las huertas altas: las baxas hácia la Torre (Torrebaja) por mejor situadas forman deliciosos vergeles, donde se crian frutales, hortalizas, trigos, maices: algunas de ellas, puestas entre barrancos y defendidas de los vientos por altos cerros de tierra, parecen estufas naturales,...[16]
Vista de Peñarrubia en Castielfabib (Valencia), por debajo de la Central Hidroeléctrica, desde el Mirador Hoces del Ebrón (2012). |
Aquellos “deliciosos vergeles”
que describe el naturalista han desaparecido, pues la mayoría de las huertas se
hallan abandonadas; y no por falta de agua, sino de brazos que las cultiven.
Deambulando por el solar del antiguo castillo y fortaleza de Castiel nos
apercibimos de la escabrosidad del peñasco sobre el que asienta, con el caserío
descorriéndose a ambas manos de la ladera –Umbría y Solana-, entre El Torrejón,
que queda al poniente y la profunda hoya del Ebrón, que queda al levante. Desde
la eminencia del castillo podemos imaginar el cerramiento de la muralla que la
circundada por el norte y por el sur, cuyos extremos partían de ambos lados de
la fortaleza y ascendían hasta El Torrejón –como resulta evidente por los
torreones que jalonan la villa, algunos de ellos habitados-.
El castillo-fortaleza de Castiel
asienta sobre un enorme peñasco calizo sito al levante de la población, la que
sirve para clasificarla como una “fortificación de altura”, cuya parte más
elevada posee forma elongada, en disposición norte-sur, más ancha por la parte central y
meridional que por la septentrional, donde se halla el conjunto de la
iglesia-fortaleza y la torre-campanario. Decíamos que la puerta de la Reja
permite la entrada al Carrerón, único lugar por donde era posible el acceso al castillo mediante caballerías, carros u otro medio de transporte rodado.
Dicho acceso fue interrumpido en algún momento histórico, al prolongar el
testero del templo y construir el saliente de la sacristía, que queda a la
cabecera de la iglesia, lado del evangelio. Esta parte, donde se halla la
entrada propia a la iglesia, lo que constituye el atrio interior anexo a la
antigua casa del sacristán, da sobre la denominada Villa Vieja. La construcción
de la sacristía y el alargamiento del testero interrumpieron el acceso a la
fortaleza, cuyo camino pasaba junto a la base de la torre-campanario. Al
campanario se accede desde la fortaleza por una puertita que hay en la base de
la fachada meridional, que luce la esfera de un reloj; antaño se accedía
también desde el recinto anejo al presbiterio, lado de la epístola, mediante
una escalerita de caracol, hoy desaparecida.[17]
Situados a los pies de la
torre-campanario, fachada meridional, veremos que ante nosotros se abre el
recinto de la fortaleza, con murallas a ambos manos y una eminencia pétrea en
el centro, sobre la que todavía se alza un lienzo de muro. El recinto se
hallaba amurallado en todo su perímetro, aunque con al menos una abertura, tal la mencionada en el muro occidental que da sobre la población. Las
murallas se hallan hoy totalmente arrasadas hasta prácticamente los
cimientos... Como se decía en el caso del castillo de Ademuz, “sin las
adecuadas prospecciones arqueológicas, difícilmente conoceremos el aspecto real
que tuvo el castillo y la fortaleza de (Castielfabib); pero dada su ubicación
debió ser imponente”. También hacia notar “que las referencias a los castillos
del Rincón de Ademuz son muy abundantes en la diplomática bajomedieval” conservada en el Archivo de la Corona de Aragón (Barcelona) y Archivo del Reino de Valencia (Valencia):
- Propiamente, los castillos de la Edad Media eran estructuras militares -“instrumentos” para la guerra defensiva, ubicados en lugares altos y valiosamente situados- para proteger un territorio. [...], los castillos de Ademuz y Castielfabib fueron originariamente musulmanes, tomados por los cristianos y utilizados tras la conquista sin aparentes cambios en su estructura. Ambos poseían una base irregular, adaptada al terreno, al estilo de los castillos roquedos y se hallaban en zonas fronterizas lo que serviría para clasificarlos como fortalezas estratégicas, con todas las consideraciones de este tipo de construcciones.[18]
De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).
Continúa en:
[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Geografía, orografía y paisaje del Rincón de Ademuz, en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz,
del viernes 14 de marzo de 2014.
[2] ID. La Cruz de los Tres Reinos, historia y mito en el paisaje, en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz,
del miércoles, 15 de octubre de 2014.
[3] ID. Desde el Mirador de las Hoces del Ebrón en Castielfabib (Valencia), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz,
del sábado 24 de mayo de 2014.
[4] BRL (VIRGEN DE GRACIA):
Bien de Relevancia Local según la Disposición Adicional Quinta de la Ley
5/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 4/1998,
de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano (DOCV Núm. 5.449 /
13/02/2007).
[5] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Aproximación
a la Historia del Convento de San Guillermo en Castielfabib y noticia del
Hospital de la Villa, Valencia, 2001, pp. 124-128. ID (2024). Historia del Convento de San Guillermo en Castielfabib y noticia del Hospital de la Villa, autopublicación Kindle Direct Publishing (Amazon), segunda edición, pp. 251-156.
[6] Respecto de esta
afirmación, la he leído en distintos medios, aunque nunca cifrada documental o
bibliográficamente; es por ello que aunque la idea sea razonable, cabe ponerla
en entredicho. Vid Mauro S. Hernández Pérez. Espacio y tiempo en la Edad del Bronce
Valenciano, Serie I, Prehistoria y Arqueología, t. 10, 1997, pp. 279-315. ID. La Edad del Bronce en
el País Valenciano. Panorama y perspectivas, Edita Secretariado de
Publicaciones de la Universidad de Alicante, Alicante 1985. Milagros Gil
Mascarell. Algunas reflexiones sobre el bronce valenciano.
[7] BRL
(CONVENTO): Bien
de Relevancia Local según la Disposición Adicional Quinta de la Ley 5/2007, de
9 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 4/1998, de 11 de
junio, del Patrimonio Cultural Valenciano (DOCV Núm. 5.449 / 13/02/2007).
[8] ESCOLANO, opus cit., p.
374, col. 1ª.
[9] JORDAN, Jaime. Historia
de la Provincia de la Corona de Aragón de la Sagrada orden de los ermitaños de
nuestro gran padre san Agustín, compuesta de quatro Reynos, Valencia, Aragón,
Cataluña y las Islas de Mallorca y Menorca; y dividida en quatro partes,
Valencia, 1704, parte primera [contiene las fundaciones de los conventos de
religiosos, y religiosas del Reyno de Valencia: y las Vidas de sus insignes
hijos en santidad, letras, y dignidades], capítulo XX.
[10] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. San Guillermo de Aquitania y el convento de Castielfabib (Valencia), I, en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz,
del martes 24 de junio de 2014.
[11] Cf. Wikipedia, voz Flos sanctorum.
[12] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. San Guillermo de Aquitania y el convento de Castielfabib (Valencia), y II,
en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz,
del martes 24 de junio de 2014.
[13] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. El Rincón de Ademuz visto por el botánico Cavanilles, en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz,
del jueves 15 de marzo de 2012.
[14] CAVANILLES, Antonio Josef. Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura,
población y frutos del Reyno de Valencia,
de Orden Superior. En Madrid en la Imprenta Real, siendo Regente D. Pedro
Julián Pereyra, Impresor de Cámara de S.M., Año 1797, tomo II, párrafo 103, p.
75.
[15] Ibídem.
[16] Ibídem, párrafo 104, pp.
75-76.
[17] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Acerca de la torre-campanario de Castielfabib (Valencia), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz,
del martes 17 de abril de 2012. ID (2022). Acerca de la torre-campanario de la parroquial de Castielfabib, en Desde el Rincón de Ademuz (I), autopublicación Kindle Direct Publishing (Amazon), segunda edición, pp. 251-159.
[18] ID. Desde el mirador del castillo de Ademuz (Valencia), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz,
del sábado 8 de noviembre de 2014.
1 comentario:
Enhorabuena por este más que interesante artículo sobre el castillo de Castielfabib. Impresionante el trabajo que has realizado, cargado de mucha información y fotografías. ¿Como sería Castielfabib en la actualidad si no se hubiera edificado la iglesia dentro de la fortaleza? Por cierto, muchas gracias por tu mención en el pie de una de las fotografías. Una abrazo y sigue así.
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