jueves, 4 de diciembre de 2014

DESDE EL MIRADOR DEL CASTILLO DE CASTIELFABIB (VALENCIA), I.



A propósito de una visita a la villa y al solar de la antigua fortaleza.


Tiene Castielfabib el asiento muy fragoso,
por estar entre dos montes, que hacen un valle muy estrecho;
y es población de cien casas, con su castillo
-Gaspar Escolano, Décadas (1610-11)-.




mi abuela paterna, 
Vicenta Esparza Esparza (1877-1955),
natural de la villa de Castiel a la que apenas conocí.



En nuestro recorrido por los miradores del Rincón de Ademuz arribamos hoy al del castillo de Castielfabib (Valencia), anexo a la iglesia-fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles.[1] El término “iglesia-fortaleza” ha resultado ciertamente afortunado, hasta el punto de haberse popularizado; pero lo cierto es que no se trata propiamente de una iglesia fortificada, como pudiera ser la parroquial de Jabaloyas (Teruel), por nombrar una del entorno próximo, sino más bien de una iglesia en una fortaleza. En cualquier caso, la fortificación religiosa en España es un fenómeno poco estudiado en su conjunto.[2]

El término paisaje (Del latín pagus), se refiere al lugar o espacio geográfico donde nacemos y vivimos, y con el que nos identificamos. De ahí la íntima relación conceptual y semántica entre paisaje, país y paisanaje, y la correspondencia cultural que se establece entre el individuo, la comunidad y el lugar donde se vive. Por lo demás, el concepto paisaje es relativamente reciente, el castellano lo importó del francés (paysage, pays, paysant/ paisaje, país, paisano), y su etimología indica una fuerte relación entre el mundo rural y la agricultura. Por otra parte, cuando contemplamos la naturaleza (paisaje), no convertimos en observadores, de forma que la propia naturaleza (paisaje observado) se convierte en un suceso o acaecimiento,[3] y como tal en un elemento patrimonial local.
       
Dicho de otra forma, y en palabras de Rafael Mata Olmos, Catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM):

  • El paisaje es el territorio percibido, con toda la complejidad psicológica y social que implica la percepción, desde los aspectos simplemente visuales a los más profundos relacionados con la experiencia estética de la contemplación. El paisaje como territorio percibido constituye, por eso mismo, un punto fundamental de encuentro entre objeto y sujeto, entre el ser y su visibilidad. [...] Además, la referencia a las relaciones entre lo natural y lo humano en la definición del carácter de cada paisaje incorpora implícitamente otro aspecto esencial para su comprensión. Me refiero a la naturaleza dinámica del paisaje (porque dinámicas son tales relaciones) y a la necesidad de considerar el tiempo en el estudio de su diversidad material y de las representaciones sociales. El tiempo histórico es, efectivamente, un componente esencial en la mayor parte de los paisajes, por lo que la historia se convierte en una vía privilegiada de indagación paisajística y, en ocasiones, [...], en objetivo de la planificación del paisaje, en la medida en que los proyectos territoriales y arquitectónicos deberían enraizarse en la identidad paisajística del territorio, que no se comprende sin su historia.[4]

En suma, para que la naturaleza se convierta en paisaje precisa de un observador que la contemple, y de un acontecer que implica el paso del tiempo. De ahí que una buena forma de internarnos en un paisaje sea comenzar por describirlo en relación con su historia...

Vista general de Castielfabib (Valencia), desde Los Planos (2013).

            
Consideraciones históricas.
         
Comúnmente resulta de interés el conocimiento de la percepción del paisaje de un territorio y su historia por los autores que nos precedieron. En nuestro caso me parece sugestivo traer a estas líneas la visión del eclesiástico, escritor e historiador valenciano Gaspar Escolano (1560-1619), cuando dice en sus Décadas (1610-11) de nuestra comarca (el Rincón de Ademuz), zona que en su tiempo era conocida como “tierra de Ademuz”, y como quiera que ésta se halla desgajada del territorio al que se halla adscrita por geografía y por historia, dice (la cursiva es mía):

  • [...], dá un salto nuestro reino (se refiere al reino de Valencia), y vuelve a cobrar un giron de tierra dentro de Castilla y Aragón, por las espaldas de Santa Cruz (de Moya) y de la Hoya (de la Carrasca); que es la que llamamos tierra de Ademuz, poblada de cristianos viejos, y toda del obispado de Segorbe. Parte della recae dentro desta ribera del Turia, que vamos delineando, y parte de la otra. Desta tenemos, en un territorio de muchas fuentes admirables, á Sesga, de treinta casas; Puebla de San Miguel de setenta; y Torre Alta, de veinte. A esta la llama Viciana Torre Somera, y es el primer lugar de nuestro reino, donde en saliendo de Aragon toca el rio Túria, para despues dar vista en Santa Cruz de Castilla, y volver á entrar otra vez en el reino de Valencia.[5]

            
Según vemos, Escolano escribe a principios del siglo XVII y su visión geopolítica es correcta, pues está describiendo lo que hoy conocemos como Rincón de Ademuz, que él denomina “un girón de tierra (valenciana) dentro de Castilla y Aragón”, esto es, un exclave o territorio fuera del suyo propio y situado entre otros con distinta jurisdicción. De estar dentro de otro territorio diríamos de enclave. Yendo aguas arriba del Turia, Santa Cruz de Moya (Castilla) y Hoya de la Carrasca (Aragón), quedarían atrás, a nuestras espaldas, la primera al sur y la segunda al este. Desde un punto de vista religioso define a los moradores como “cristianos viejos”, sin mezcla de moro o judío, pertenecientes entonces a la diócesis de Segorbe, bajo cuya autoridad pertenecieron hasta 1960, año en que las iglesias del Rincón de Ademuz pasaron a la diócesis de Valencia. Propiamente, divide las tierras de Ademuz en dos partes, según caigan a una u otra mano del Turia, río que atraviesa la zona de norte a sur. En la ribera izquierda sitúa a Sesga (30 casas), Puebla de San Miguel (70) y Torre Alta (20). Deja sin mencionar Mas del Olmo y Val de la Sabina, que junto a las nombradas –Sesga y Puebla de San Miguel- eran entonces aldeas de Ademuz.

         
Cuando nombra Torrealta dice que Viciana –Rafael Martí de Viciana (1502-1572), historiador, cronista y notario valenciano, autor de una célebre obra -Crónica de la Ínclita y Coronada Ciudad y Reino de Valencia (1500)- la llama Torre Somera, como se la denomina en las crónicas antiguas.[6] Decíamos que Torrealta/Torre Somera pertenecía entonces a Ademuz, y el cronista la nombra por ser “el primer lugar de nuestro reino, donde en saliendo de Aragon toca el rio Turia”, es decir, entrando al Rincón de Ademuz desde Teruel, la primera población que hallaríamos en aquel tiempo sería Torrealta, pues Mas de Jacinto (Castielfabib), sería un rento o masía.
 
Vista general de la zona meridional (Solana) del caserío de Castielfabib (Valencia),
desde la Vega Zaragoza (2004).

            
La Crónica de Escolano continúa aguas abajo del Turia, del siguiente tenor (la cursiva es mía):
  • Agora para llevar concertado el curso de nuestra descripción, nos hemos de pasar á la otra ribera del rio, y discurrir por ella, dejándonos llevar de su mesma corriente. A esta cuenta vienen por su órden de los primeros, los de la misma tierra de Ademuz; y destos, ocupa el primero puesto la Torre Baja, á quien llama Viciana en dicho libro Torre de Orcheta, con cincuenta casas á la mesma ribera del rio, y en el lugar por donde desboca en él un riachuelo llamado Hebron, que nace una legua mas arriba, en tierra de Aragon, y pasa por una villa real, que llaman Castielfabi (ó como escriben otros Castielfabib), á una legua muy gruesa de Ademuz.[7]

            
En su descripción de las poblaciones y lugares de la “tierra de Ademuz” comienza por Torrealta, a la que ubica a la mano izquierda del Turia, sin hacer mención como decíamos de Mas de Jacinto, que queda por encima de Torrealta y a la derecha, quizá por su pequeñez e insignificancia. Nombra después a Torrebaja, sin hacer tampoco alusión a Mas de los Mudos, tal vez por la misma razón que no nombra a Mas de Jacinto, las tres a la mano derecha del río. Al señalar Torrebaja dice que Martí de Viciana la denomina “Torre de Orcheta”, con cincuenta casas. A principios del siglo XVII Torrebaja era un lugarcillo de Castielfabib constituido en mayorazgo, cuyo titular era don Diego Ruiz de Castellblanque, quien en su testamento (1638), se intitula “señor de la Torre Baja del Villar de Orchet” -nombre que entronca con la “Torre de Orcheta” de que dice Viciana-.[8] El padre de don Diego, don Juan Ruiz de Castellblanch se vio envuelto en un juicio interpuesto por la villa de Castiel contra el señor de Torrebaja (1610), en relación con la falta de reconocimiento de los jueces de la villa en el territorio de su señorío, que por entonces no era sino una finca, hacienda, posesión, calle o aldea de Castielfabib, sin término ni delimitación propio.[9]

            
Al decir de Torrebaja/ Torre Baja/ Torre de Orcheta, refiere que aquí desemboca un riachuelo llamado “Hebrón, que nace una legua mas arriba, en tierra de Aragon, y pasa por una villa real, que llaman Castielfabi (ó como escriben otros Castielfabib)”. Ciertamente, en una partida de Torrebaja conocida como Las Ajuntas, el Ebrón rinde sus aguas en el Turia. Al río Ebrón le grafía “Hebron”, como la ciudad de Palestina en Cisjordania. Cuando nombra Castielfabib la escribe también como “Castielfabi”. Seguidamente pasa a describir la villa, haciéndolo de una forma sencilla y absolutamente acertada:

  • Tiene Castielfabib el asiento muy fragoso, por estar entre dos montes, que hacen un valle muy estrecho; y es población de cien casas, con su castillo. Los historiadores nuestros le hacen tan antiguo, que por nombre de Castiel Fabi sacan, que se le dieron en tiempos de romanos; y que es lo mesmo que decir, Castillo de Fabio. Mas no parece cuadrar con esto el nombre que tuvo en tienpo de los moros que le llamaban Castiel Fabib, ó Habib: que como ellos mesmos confiesa, es palabra arábiga.[10]


Vista parcial de la zona septentrional (Umbría) del caserío de Castielfabib (Valencia), con detalle del Torrejón (derecha y arriba) y la iglesia-fortaleza (izquierda y abajo), 2004.

            
Siguiendo a Escolano, Vicente Mares, que escribió a finales del mismo siglo (1680), dice de la villa: “Castielfavi, está a la orilla del rio Turia, a una legua de Ademuz. Es villa antiquísima, y fuerte, de 120 vecinos. Es fundación de Romanos y su nombre quiere decir Castillo de Fabio, por ser de este linaje quien le fundó”.[11] Cabe anotar al respecto que en los años setenta del pasado siglo XX, en las inmediaciones del Castillejo en Los Santos (Castielfabib), se halló un ara votiva romana, datada en el siglo I d.C., la cual se conserva en el Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) de Valencia (Corell Vicent, 1971).[12] Del mismo modo, en la cimentación de lo que hoy entendemos pudo ser el torreón del Homenaje de la fortaleza de Castiel pueden verse antiguas señales de cantería, pero éstas se interpretan como de la baja Edad Media. Respecto a la grafía y significado, Castielfabib se ha escrito de distintas formas a lo largo del tiempo, aunque aludiendo siempre a un castillo o recinto fortificado. En otro lugar escribí:
  • La grafía latina correspondiente a Castiel aparece con numerosas variantes en las fuentes historiográficas: Castrum, Castri, Castello, Castell, Castiel..., imponiéndose esta última por influencia del romance castellano. La segunda voz, Fabib, también aparece con distintas grafías: Habib, Phabit, Favit, Fabib..., procedentes del árabe Habib, que significa amigo, nombre de varón muy común entre los musulmanes.[13]

Escolano anota, sin embargo, que “en tienpo de los moros [...] le llamaban Castiel Fabib, ó Habib: que como ellos mesmos confiesan, es palabra arábiga”, lo que parece acordar más con la realidad del topónimo, pues el vocablo Qala en árabe quiere decir “castillo” o “más que castillo”, y de Qala (=castillo), bien podría haber derivado Castiel, siendo Fabib un apelativo personal o de familia –de la misma forma que por ejemplo el castillo de Ajlun (Jordania), o Qala`at Ajlun (anteriormente Qala`at ar-Rabad, debido a que la familia Rabadi tuvo una importante presencia en la ciudad de Ajlun)-. Asimismo, siguiendo la cronología de la invasión musulmana de la Península Ibérica, entre los emires dependientes de los Califas de Damasco hallamos a Ayyb ibn Habib al-Lajmi, que lo fue en el 717. En suma, Castielfabib es una palabra compuesta de Castiel y Fabib: Castiel podría tener un origen latino (de castrum, castri...), pero también árabe (de qala), ambas referidas a "castillo" o "lugar fortificado". Mientras que Fabib puede ser un nombre originariamente árabe, con significado de "amigo", de donde Castiel Fabib significaría "castillo amigo".

            
En cualquier caso, que Castiel tiene un origen antiguo nadie lo duda... La zona de lo que hoy es el Rincón de Ademuz fue conquistada por los moros, me refiero a los musulmanes que invadieron la Península en el 711, probablemente, a la vez que lo fue Albarracín y el resto de la zona. Y en manos de moros permaneció hasta la conquista cristiana de Pedro II de Aragón en 1210. Sin embargo, en el fuero de Daroca, otorgado por Ramón Berenguer IV (1113-1162) en noviembre de 1142 ya se dibuja el territorio de lo que se pretendía fuera conquista aragonesa. Al definir sus límites meridionales se nombra a nuestras villas señeras: “... a Sancta Maria, Castil Sabib, a Demuz, a Sarriella, a D` Alpuent, a la Cirab, a Torralba, a Montan, a Linares...”.[15] Pero todo este extenso territorio no debe entenderse de forma jurisdiccional real, sino “d`expansió, pasturatge i saqueig front a altres árees de consells fronterers veïns, de forma que el control cristià sobre aquets pobles esmentats o la idea d`un repoblament efectiu seria inexistent en aquell moment”.[16] La delimitación de aquel extenso alfoz, dice (Agudo Romero, 1992:52):

"Ego, comes Raymundus Barcilonensis et princeps Aragone, concedo et otorgo istam cartam et istum forum et quidquid boni inuenerint de his decem anni et do illis istos terminos de Villa Feliç ad Atea, a Cemballe, a Cubelo, a Cubellego, a Çafra, a Rodenas, a Sancta Maria, a Castiel Sauib, a Demuz, a Serreilla, ad Alpuent, a la Cirab, a Tor Alba, a Montan, a Linares, a Rio de Martin, ad Vesa, a Fonte de Tosos, a Villa Noua, a Longares, a Consuelda, a Codo, a Miedes, istas prenominatas cum suis terminis".[17]

Vista de la iglesia-fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles en Castielfabib (Valencia),
desde el torreón del Hospital (2012).


            
Antes de seguir conviene dejar claro que la conquista cristiana del pre-Rincón de Ademuz fue en 1210, a manos del rey de Aragón, Pedro II el Católico: así lo refiere ya Zurita a mediados del siglo XVI y lo confirma la historiografía moderna. No obstante, apoyándose en autores anteriores Escolano afirma que fue en 1212 (la cursiva es mía):

  • Dio vuelta á su casa el rey don Pedro ganada la victoria; y por llevarse ayuda de costa se puso de camino con su ejército sobre dos castillos y villas fuertes del reino (moro) de Valencia, que son Castiel Fabib y Ademúz, en los confines de Aragón, y las entró á fuerza de armas. Así lo refieren Beuter y Carbonell en su vida, y Mármol en el año mil ciento noventa y seis: si bien se engaña en decir que se ganó Ademuz en dicho año noventa y seis; como tambien Carbonell, que en el año mil doscientos y catorce. Lo cierto es, que fue en mil doscientos y doce, despues de la batalla de las Navas (de Tolosa en Jaén); y conforman con esto las escrituras públicas antiguas de aquellas villas.
         
En apoyo de su afirmación, conforme los dos castillos del pre-Rincón de Ademuz fueron conquistados por don Pedro II en 1212, Escolano acude a Beuter –me refiero al historiador valenciano Pere Antoni Beuter (1490-1554)-, que escribió acerca de la historia de Valencia y de España en la primera mitad del siglo XVI-,[18] el cual dice que la conquista tuvo lugar en 1212. Nombra también a Mármol –me refiero al militar, historiador y escritor granadino Luis del Mármol Carvajal (1520-1600), que escribió a finales del XVI-,[19] el cual dice que la conquista de la zona fue en 1196, y a Carbonell –me refiero al historiador y humanista catalán Pere Miquel Carbonell (1434-1517), que escribió en el ínter siglo XV-XVI-,[20] el cual dice que aquella conquista fue en 1214. Es decir, el cronista hace mención de tres autores que le precedieron, y que aportan fechas distintas para datar la conquista de nuestra zona, aunque sin hacer mención del aragonés Gerónimo Zurita (1512-80),[21] que ya dejó escrito en sus Índices (1578) que la conquista fue en 1210.[22] Uno no puede por menos que preguntarse, ¿a qué se debe esta disparidad en las fechas de conquista de los castillos del pre-Rincón de Ademuz? -pues hemos de pensar que todos ellos se basarían en otros autores o en documentos originales o transcritos relativos al asunto-. Podríamos especular al respecto, pero lo cierto es que no lo sabemos. Pudieron consultar distintos autores o bibliografías, aunque lo que el baile de fechas señala meridianamente es el desconocimiento relativo del momento histórico concreto.

Vista meridional del caserío de Castielfabib (Valencia), desde Los Planos (2014).

            
Sí sabemos, no obstante, lo que Zurita dice en su Índice (1578) del tiempo de la conquista:
  • [Expedición contra Valencia.] A finales de marzo (de 1210) el rey (don Pedro de Aragón) reúne sus tropas en Monzón, y hace una incursión por tierras del reino (almohade de Valencia). [En aquella expedición] Conquistan la villa de Ademuz, Castielfabib y Sertella, con sus castillos. Estas fortalezas no se agregan al reino de Aragón, sino que forman el reino de Valencia, que puestas en la frontera eran como las primicias de una gran expedición. Los castillos próximos se rindieron y aceptaron las condiciones propuestas. [...] y aquel día en presencia del rey, del obispo de Zaragoza se ofreció y entregó a don Pedro de Montagudo maestre del Temple y a su orden.[23]
           
La incursión aragonesa por tierras del reino almohade de Valencia se ha visto como una respuesta del rey de Aragón por el ataque de las fuerzas navales del almirante Abuboba contra Barcelona, cuyo puerto había atacado a principios del año (1210), haciendo un importante botín. En dicha campaña fueron conquistados los castillos de Ademuz, Castielfabib y Sistella (=Sertella/Serrella).[24]

        
Prestigiosos autores contemporáneos, basándose en la historiografía moderna, han especulado al respecto (GUAL CAMARENA, 1953:42-43):
  • La Incorporación a la España cristiana de los castillos de Ademuz, Castelfabib, el Cuervo y Serralla, se lleva a cabo en el año 1210, entre los meses de Junio y agosto, probablemente en este último (Zurita, Anales, Libro II, cpa. LX). Afirma Zurita que el monarca se encuentra en marzo del año citado en Monzón, allí reúne sus ejércitos, entra en el país valenciano y gana por conquista las citadas fortalezas, continuándose después la lucha con grande furia. La expedición no debió dirigirse exclusivamente contra este sector, pues el mismo cronista nos dice que por la frontera de Ademuz era donde estaba el rey con el mayor cuerpo de su ejército, lo que indica que la lucha se llevaba a cabo, a la vez en otros lugares. La fijación de dicha fecha no presenta muchas dificultades. Por el itinerario real se deduce que en marzo de 1210 pudo estar el monarca en Monzón para marchar enseguida a Languedoc mientras sus tropas luchaban en la frontera, de vuelta permanecería con sus guerreros, de mediados de Junio hasta fines de agosto, fecha en que debieron caer los citados castillos. También el mismo Zurita, al hablarnos incidentalmente de cómo don Diego López de Vizcaya se pone al servicio de los moros valencianos (1206), nos ofrece noticias de una expedición del rey Don Pedro contra Valencia, en la que llega a sitiar la capital y, al caerse del caballo, da motivo a un lance caballeresco, por el que el citado don Diego le salva la vida (Zurita: Anales. Libro II. cap. LIII). Poco sabemos más de esta incursión. ¿Se conquistaron entonces por primera vez los castillos de Ademuz, Castelfabib y Serralla?. Según el Episcopologio de Segorbe se efectuó dicha conquista en 1207, pero creemos se trata de una alteración en la numeración del año.[25]

En el siguiente epígrafe de su Índice (1578), Zurita escribe:
  • [Tortosa entregada al Temple.] El día 19 de setiembre junto a Villafeliche el rey dona la ciudad de Tortosa y su castillo que llaman la Zuda, y las fortalezas de aquella ciudad a don Pedro de Monteagudo maestre de los templarios y a su orden.[26]
            
Lo que no dice el cronista es que dicha donación a los templarios fue por su colaboración en la conquista de los castillos de Ademuz y Castielfabib, El Cuervo y Serrella. Posteriores a los Índices (1578) de Zurita (1512-80) y a las Décadas (1610-11) de Escolano (1560-1619) son los Anales del Reino de Valencia (1613) de Francisco Diago (ca.1560-1615), doctor en teología e historiador -nombrado Cronista Mayor de la Corona de Aragón (1614) por el rey Felipe III el Piadoso (1598-1621)-, que también escribió acerca de la conquista del pre-Rincón de Ademuz (la negrita es mía):
  • CAPÍTULO XXVIII. Que el Rey don Pedro vino con exercito a este Reyno, y ganó los castillos de Ademuz, Castielfauib, y Sertella: y que remunero mucho a las Ordenes Militares de San Juan y del Temple, que se hallaron en la jornada, dando a la vna muchos bienes en Meliana, y a la otra el Alquería de Ruçafa para quando se ganasen a los Moros [Año MCCX Después del Nacimiento de Christo].
  •  Estando Mahamete [se refiere a Mahamete Enacer, hijo del rey de Marruecos Abu Iacob Almançor y hermano de Zeyt Abuzeyt] sobre esta fuerte Villa [se refiere a Salvatierra, hacía poco ganada a los moros por los caballeros de la Orden de Calatrava], muchos dias antes que llegasse a rendirla, se metio por este Reyno de Valencia el Rey don Pedro de Aragón con vn buen exercito que auia jurado en Monçon en fin del mes de Março del mismo año, para hazer guerra a los Moros Valencianos, estando con el en aquella villa los Obispos de Çaragoça, Taraçona y Huesca, y muchos Caualleros principales, y entre ellos don Ximeno Cornel, don Garcia Romeu, don Blasco Romeu, don Guillén de Ceruellon, don Guillen de Moncada, y don Guillen Ramon de Moncada Senescal de Cathaluña. Entro por la frontera que confina con Aragon y Castilla, y continuando la guerra con grande furia, gano por combate y fuerça de armas tres castillos de importancia, que fueron Ademuz, Castielfauib, y Sertella. Señalaronse mucho en el combate dellos don Pedro de Montagudo Maestre del Temple, y los Caualleros de su Orden. Y señalose tambien en la bateria de Castielfauib el señor de Quinto don Atorella, hijo de don Pedro Ortiz: y en aquel mismo dia en presencia del Rey y del Obispo de Çaragoça hizo voto de entrar en la Religion de los Templarios en manos del Maestre della. Por Setiembre deste año ya estaua rematada la conquista destos tres castillos, y era de buelta el Rey don Pedro para su Reyno de Aragon, y hauia llegado a la ciudad de Teruel: porque en seys deste mes y año, y Era de mil y doscientos y quarenta y ocho [Año de 1210], trató en ella de lleuar adelante los fauores que hazia a la Orden Militar del Espital de San Iuan de Hierusalem, para animarla con ellos a que le valiesse con veras en la conquista deste Reyno. Que cierto es (como lo he visto en el Archiuo de la Baylia de Valencia, en el quarto libro grande delos enajenamientos del Patrimonio Real, en la hoja veynte y dos) que para quando se ganasse Burriana a los Moros, dio en dicho dia y Era a aquella Orden y a su Maestre en España Ximeno de Lauata, y a fray Martín de Andos Castellan de Amposta, todas las Mezquitas de aquella villa y de su termino, con todos sus heredamientos, posesiones y derechos, y les otorgo que pudiesen edificar qualesquiera Iglesias y Oratorios, y que las poseyesen libre y francamente con diezmos y primicias, ofrendas y otros derechos, saluo el Episcopal, ordenando juntamente que a ninguna otra persona de qualesquiera Orden le fuesse licito leuantar ninguna Iglesia, o Oratorio en aquella villa. Estauan entonces con el Rey Aznar Pardo Mayordomo de Aragon, Marco de Liçana, Assalite de Gudal, Rodrigo de Liçana, y otros Caualleros. En diez y nueve deste mes de Setiembre ya estaua el Rey mas dentro de Aragon en Villafeliz: y teniendo muy en la memoria lo mucho que le auia seruido la Orden del Temple en la toma de los castillos de Ademuz y Castielfauib, le dio mucha cosa en Tortosa, ciudad de Cathaluña, como lo refiere Curita [Zurita]. Y siempre la favorecio quanto pudo en otras ocasiones. Antes que se concluyesse este año de mil doscientos y diez, huuo de yrse el Rey la buelta de Cathaluña: y en Perpiñan acordose de las nuevas poblaciones que se yuan haziendo en los castillos que auia ganado a los Moros en este Reyno, para que la de Ademuz se prosperasse, otorgò a sus nueuos pobladores, y a los que quisiesen serlo de alli adelante, grandes exempciones, y vna muy liberal franqueza de muchas imposiciones y derechos. He la visto en el Archiuo de la Baylia de Valencia, en vn libro grande de las otorgadas a pueblos deste Reyno, en la hoja ciento y treynta y cinco. Y la fecha es de veynte y dos de Setiembre deste año de mil dozientos y diez. Y aduiertolo con cuydado, para que se vea quan acertadamente he puesto en este año la toma de Ademuz, y se toque con las manos que no se puede alargar hasta el año de mil y dozientos y doce, en que vn moderno la asienta [se refiere a Escolano]. La razon parece de euidente eficacia: y pudo ser que fuesse ella la que obligo a Curita, aunque ni la refiere ni la apunta, a no passar del año que yo digo la conquista y toma de Ademuz y de Castielfauib. En el siguiente pensando el Rey proseguir tan buenos principios, y aun llegar hasta las puertas de Valencia, dio a dos passos de la vna dellas, estando en Teruel en cinco de Nouiembre, la Alquería de Ruçafa con vna torre cercana a ella, a fray Guillen Cadell Maestre de la Caualleria del Temple en la Proença y partes de España, y a su Orden, para siempre y quando se ganasse a los Moros, como lo he visto en el Archiuo Real de Barcelona, en vn libro grande de los desta Orden, escrito en pargamino, en la hoja ciento y treze.[27]

Vista meridional (Solana) del caserío de Castielfabib (Valencia), desde el camino de la Hoya Hermosa, con detalle del Torrejón (izquierda) y el castillo e iglesia-fortaleza a la derecha (2014).

            
El texto del cronista Diago es bastante expresivo: la conquista de los castillos del Rincón de Ademuz –Ademuz y Castiefalbib- tuvo lugar el verano de 1210: “Por Setiembre deste año ya estaua rematada la conquista destos tres castillos”, y ello con la ayuda de templarios y hospitalarios, a cuyas órdenes compensó por su colaboración:
-“en seys deste mes (de septiembre) y año (de 1210), a la Orden Militar del Espital de San Iuan de Hierusalem [se refiere a los hos hospitalarios], para quando se ganasse Burriana a los Moros, dio en dicho dia y Era a aquella Orden y a su Maestre en España Ximeno de Lauata, y a fray Martín de Andos Castellan de Amposta, todas las Mezquitas de aquella villa y de su termino, con todos sus heredamientos, posesiones y derechos, y les otorgo que pudiesen edificar qualesquiera Iglesias y Oratorios, y que las poseyesen libre y francamente con diezmos y primicias, ofrendas y otros derechos, saluo el Episcopal, ordenando juntamente que a ninguna otra persona de qualesquiera Orden le fuesse licito leuantar ninguna Iglesia, o Oratorio en aquella villa”.
-“En diez y nueve deste mes de Setiembre ya estaua el Rey mas dentro de Aragon en Villafeliz: y teniendo muy en la memoria lo mucho que le auia seruido la Orden del Temple en la toma de los castillos de Ademuz y Castielfauib, le dio mucha cosa en Tortosa, ciudad de Cathaluña, como lo refiere Curita [Zurita]”.
          -“ Antes que se concluyesse este año de mil doscientos y diez, huuo de yrse el Rey la buelta de Cathaluña: y en Perpiñan acordose de las nuevas poblaciones que se yuan haziendo en los castillos que auia ganado a los Moros en este Reyno, para que la de Ademuz se prosperasse, otorgò a sus nueuos pobladores, y a los que quisiesen serlo de alli adelante, grandes exempciones, y vna muy liberal franqueza de muchas imposiciones y derechos”.
           -“En el siguiente (año de 1211) pensando el Rey proseguir tan buenos principios, y aun llegar hasta las puertas de Valencia, dio a dos passos de la vna dellas, estando en Teruel en cinco de Nouiembre, la Alquería de Ruçafa con vna torre cercana a ella, a fray Guillen Cadell Maestre de la Caualleria del Temple en la Proença y partes de España, y a su Orden, para siempre y quando se ganasse a los Moros”.

            
Baste una anotación para decir que el cronista Diago no recoge las donaciones específicas del rey don Pedro a las órdenes militares en el pre-Rincón de Ademuz: Ademuz lo dio a los templarios y Castielfabib a los hospitalarios, como veremos que recoge la historiografía contemporánea.

 
Vista de la zona septentrional (Umbría) del caserío de Castielfabib (Valencia), con detalle de la iglesia-fortaleza y castillo al fondo (2012).

          Notas historiográficas para una cronología de la conquista del pre-Rincón de Ademuz.
          Estableciendo una cronología para la campaña aragonesa de 1210, en la que se conquistó el territorio del actual Rincón de Ademuz y aledaños, incluida “Sertella”, veremos que:
1] A la fecha de 13 de junio el rey don Pedro II el Católico (1196-1213) todavía se hallaba en Teruel, mientras que el 1 de julio ya se encuentra en el sitio de Castielfabib.[28]

2] Apenas mes y medio después vemos que Castielfabib ya se halla en manos cristianas, pues existe cierto documentos conforme el rey aragonés, en atención a la ayuda prestada en la conquista (de Castiel), concede a la Orden de san Juan de Jerusalén [hospitalarios], la iglesia de esta villa con sus diezmos y primicias, más el lugar de las Eras, con los términos que cita, para la construcción de iglesias y oratorios... –Datus in captione Castelli fabib, VII kalendas septembris..., Era millesima, Ducentécima, Quadragesima octava-.[29]

3] Simultáneo del anterior es otro documento firmado por el monarca en el mismo lugar y día -Datum in exercitu iuxta Castellum Habib, ipso iam capto-, esto es, “en el ejército o con las tropas junto a Castielfabib”, ya tomada la localidad.[30] Al respecto, cabe añadir que el rey don Pedro “apoderóse de ellos por cercos y combates y se le entregó la mayor parte de sus habitantes”.[31]
            
4] En relación con el documento precedente existe otro datado en Villafeliche (Zaragoza), de fecha 19 de septiembre de 1210, por el que don Pedro concede a los templarios, en recompensa por la gran ayuda prestada en la conquista de los castillos de “Daymuz et Castellum Habib et castellum quod dicitur lo Corbo et castellum quod dicitur Serrella” la ciudad de Tortosa (Dertuse) con todos sus términos.[32]

5] Asimismo, según otro documento datado en Lérida, el 20 de octubre del mismo año 1210, el rey permutó sus rentas en Ascó (Tarragona), por los antiguos derechos que la Orden del Temple tenía "in Deimus et Castello Habib et Corvo et Serrella eorumque terminis, Dei gracia per nos noviter a sarracenis ablatis".[33]
           
6] Del mismo modo, en relación con los registros anteriores, existe otro datado en Ágreda (Soria), de fecha 11 de abril de 1211, por el que Pedro II de Aragón dona las "ecclesias de Serreilla et de lo Corvo et de Pinna de Jahya cum mezchitis et Xecimis et primitiis et oblationibus...", conquistadas el año anterior, al venerable don Rodrigo, arzobispo de Toledo, para que éste las entregue al obispo de Albarracín.[34] Valga el punto para decir que Serreilla (=Serrella), se ha identificado con Alcalá de la Vega (Cuenca), aunque no hay acuerdo entre los investigadores.[35] “Corvo” (=Lo Corbo) se interpreta como El Cuervo (Teruel); en cuanto a “Pinna de Jahya” resulta un topónimo desconocido: existe en la actualidad un lugar habitado llamado Pina (Castellón), pero su ubicación no casa con el contenido del documento: se ha explicado como probable arabización de "Penya de Chuan", aunque otros lo asimilan hipotéticamente a Ademuz y Castiel Fabib.[36]

7] Respecto al asunto que nos ocupa, la conquista cristiana de la zona, existe otro documento datado en Bhihuega (Guadalajara), de fecha 30 de octubre de 1232, por el que el citado arzobispo de Toledo [don Rodrigo Ximénez de Rada], en relación con el conflicto surgido entre el obispo de Albarracín y su cabildo, dictamina que de las iglesias adquiridas con posterioridad a las primeras constituciones del obispo don Martín (1200), “videlicet de Formón, Corvo, Castiel, Ademuz, Vallanca et Sancta Cruz, et de ecclesiis in posterum, dante domino acquirendis”, el cabildo percibiría sólo el tercio de los diezmos, no la mitad como se hacía hasta ese momento.[37] El dictamen no satisfizo a las partes y el asunto continuó en litigio, pero lo que importa es que a la fecha de 1232 las iglesias de nuestra zona, conquistadas por don Pedro II de Aragón en 1210, ya se hallaban bajo la jurisdicción del obispo de Albarracín, cuya diócesis era sufragánea de Toledo.

Detalle de El Torrejón, torreón que cerraba al poniente la villa medieval de Castielfabib (Valencia), desde la calle Moral (2014).


            
Según escriben Guillermo de León y Luis Mombiedro en su artículo citado (1996, actualizado en marzo de 2001), el territorio conquistado en 1210 por Pedro II de Aragón, tras la ocupación quedó en una posición de inestabilidad. Siguiendo al Anónimo de Madrid y Copenhague (Valencia, 1917), la zona fue vaciada de musulmanes y repoblada con cristianos: a los antiguos moradores de estos castillos –Ademuz, Castielfabib y Serreilla -, “a unos los llevó a su país y a otros los dejó ir a tierras de musulmanes” (Anónimo, p. 115). Es de pensar que otros muchos, ante la proximidad de la lucha huirían hacia tierras musulmanas. El documento visto por Francisco Diago en la Bailía de Valencia (1613), según el cual “el rey concedía en Perpiñán amplias franquicias para los que fuesen a poblar Ademuz”, con independencia del error en la data, pues en esa fecha de 22 de septiembre de 1210 todavía se hallaba en Aragón, manifiesta la preocupación y el interés del monarca por “afianzar la conquista, y seguramente el ritmo repoblador continuó sin interrupciones incluso el año de la campaña de las Navas” en 1212. 

El fallecimiento de don Pedro en Muret (1213), la minoría de edad del heredero, de apenas 5 años, y la crítica situación socioeconómica, dado el “ciclo de malas cosechas”, constituyeron un frenazo para continuar la conquista del reino moro de Valencia –como pretendía el monarca-: “Los castillos (conquistados en aquella campaña: Ademuz, Castielfabib, El Cuervo, Serrella), pese a todo, permanecieron bajo dominio aragonés con excepción de Serrella, que volvió a manos musulmanas en una reacción valenciana hasta ahora no documentada pero deducible del hecho de que (el arzobispo Ximénez de) Rada la arrancó del poder de los sarracenos, en 1219".[38]

Vista de la zona meridional (Solana) del caserío de Castielfabib (Valencia), desde el camino del Hituelo (2012).

            
Merece la pena reseñar que las “amplias franquicias para los que fuesen a poblar Ademuz” debieron concederse también a Castielfabib, basta ver la “Carta de población de la ciudad de Santa María de Albarracín, según el códice romanceado de Castiel” (Riba y García, 1913)[39] -pues ambas villas tuvieron un desarrollo similar durante su devenir histórico: desde la época foral y baja Edad Media hasta nuestros días-.



Continúa en:


[1] GARCÍA LISÓN, M y ZARAGOZÁ, A. Catálogo de Monumentos y Conjuntos de la Comunidad Valenciana, Consellería de Cultura, Educación y Ciencia de la Generalidad Valenciana, Valencia, 1983, vol. I, pp. 305-308. CERVERA ARIAS, Francisco y LÓPEZ VEGAS-MANZANARES, Fernando. Restauración de la iglesia-fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles en Castielfabib, en IV Congreso Internacional de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico y Edificación (Cuba '98): libro de actas / Miguel Ángel Fernández Matrán (dir. congr.), 1998, pp. 235-236. CERVERA ARIAS, Francisco. La iglesia-fortaleza de Castielfabib, ¿enclave templario?, en Las Órdenes Militares: realidad e imaginario, Universitat Jaime I, Servicio de publicaciones, 2000, pp. 151-158. LÓPEZ GONZÁLEZ, Concepción y GARCÍA VALDECABRES, Jorge. Los orígenes de la iglesia fortaleza de Castielfabib: Análisis gráficos, en EGA: Revista de expresión gráfica arquitectónica, nº 20 (2012), (Ejemplar dedicado a: Conversando con... Kenneth Frampton), pp. 112-123.
[2] DIMANUEL JIMÉNEZ, Mercedes. La investigación de la arquitectura religiosa fortificada medieval española: estado de la cuestión y metodología, en Anales de Historia del Arte, Volumen Extraordinario, (2009), 295-308.
[3] GASTO CODERCH, Juan Miguel, GALVEZ NAVARRETE, Maria Consuelo y MORALES ARNAIZ, Patricio. CONSTRUCCIÓN Y ARTICULACIÓN DEL PAISAJE RURAL: PERCEPTION, NATURAL DISTURBANCE AND THE RECONSTRUCTION OF LANDSCAPES. AUS (Valdivia), 7 (2010), pp.6-11.
[4] MATA OLMO, Rafael. Paisaje e historia. Una mirada retrospectiva por el futuro de los paisajes, del Departamento de Geografía de la UAM.
[5] Décadas de la Historia de la insigne y coronada ciudad y Reino de Valencia por el licenciado Gaspar Escolano, Rector de la parroquia de san Esteban, Cronista del Rey Nuestro Señor en el dicho reino y Predicador de la ciudad y consejo, por Don Juan B. Perales, tomo II, Valencia/Madrid, 1879, pp. 373-374.
[6] En las Cortes de Monzón de 1542, el cronista Viciana intervino como síndico por las villas de Burriana, Villarreal y Ademuz. Vid GARCÍA MARTÍNEZ, S. “Estudio preliminar”, en Viciana, Rafael Martí de, Crónica de la ínclita y coronada ciudad de Valencia, vol I, Valencia: Univ. de Valencia (Departamento de Historia Moderna), 1983, p. 54.
[7] ESCOLANO, opus cit., p. 374, col. 1ª.
[8] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Análisis del Testamento de don Diego Ruiz de Castellblanque, señor de la Torre Baja del Villar de Orchet, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, 2007, pp. 341-531.
[9] ID. Diploma de sentencia en el proceso: la villa de Castielfabib contra don Juan Ruiz de Castellblanch, señor de Torrebaja (1610), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2007, vol. I, pp. 309-312.
[10] ESCOLANO, Opus cit., p. 374, col. 1ª.
[11] MARES, Vicente (1680): La Fénix Troyana, Segunda Edición, Teruel, Imprenta La Federación, 1931, p. 162.
[12] CORRELL i VICENT, Josep (1996): Inscripcions romanes d`Edeta i elseu territori, Valencia, Nau Llibres.
[13] IRANZO, E. Topónimos árabes en el Rincón de Ademuz, en revista Ababol 36 (2003), 27-30. SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Castielfabib en la primera mitad del Ochocientos, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2008, vol. II, p. 264, nota 105.
[14] MARTÍNEZ MARTÍNEZ, José Luis. La villa de Utiel en el siglo XIII: conquista y repoblación de la comarca de Requeña-Utiel, en Oleana I 2ª Ed (2003), 79.
[15] MUÑOZ ROMERO, Tomás. Colección de Fueros municipales y cartas pueblas de los reinos de Castilla, León, Corona de Aragón y Navarra, Madrid, 1847, p. 543. CORRAL LAFUENTE, J.L. La comunidad de aldeas de Daroca en los siglos XIII y XIV: origen y proceso de consolidación, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1987. Citado por GUINOT RODRÍGUEZ, Enric. Els límits del Regne. El procés de formació territorial del País Valencià medieval (1238-1500), Edicions Alfons el Magnánim, Institució Valenciana D`Estudis i Investigació, Generalidad Valenciana, Diputación Provincial de Valencia, Valencia, 1995, p. 15.
[16] Ibídem.
[17] AGUDO ROMEO, María del Mar. El fuero de Daroca: Introducción, edición crítica, traducción, estudio léxico y concordancia, Edita Centro de Estudios Darocenses de la Institución Fernando el Católico, Diputación de Zaragoza, Zaragoza, 1992, p. 52.
[18] Cf. Wikipedia, voz Pere Antoni Beuter.
[19] Cf. Wikipedia, voz Luis del Mármol Carvajal.
[20] ALCOBERRO, Agustí. Pere Miquel Carbonell, historiador, humanista, i la historiografía catalana del siglo XVI: tesis doctoral leída en el Departament d'Història Moderna de la Universitat de Barcelona (1993).
[21] Cf. Wikipedia, voz Jerónimo Zurita.
[22] ZURITA, Jerónimo. Índice de las gestas de los reyes de Aragón desde comienzos del reinado al año 1410, Edición preparada por Ángel Canella López, Cronista Oficial de la Diputación Provincial de Zaragoza, Zaragoza, 1984, vol. I, p. 143.
[23] Ibídem.
[24] Diccionario de Historia de España, Edita Revista de Occidente, Madrid 1952, vol. II, p. 796. Citado por José Luis MARTÍNEZ MARTÍNEZ. La villa de Utiel en el siglo XIII: conquista y repoblación de la villa de Requeña-Utiel, Centro de Estudios Requeneneses, Oleana I, 2ª edición (2003), 36.
[25] GUAL CAMARENA. Miguel.: "Precedentes de la Reconquista valenciana". Ed. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Escuela de Estudios Medievales. Instituto Valenciano de Estudios Históricos. Institución Alfonso el Magnánimo y Diputación de Valencia. Valencia 1953, pp. 42-43.
[26] Ibídem, pp. 143-144.
[27] Anales del Reyno de Valencia. Tomo Primero, que corre desde sv población después del Diluvio, hasta la muerte del Rey don Iaime el Conquistador. Compuestos por el Padre Maestro frai Francisco Diago de la Orden de Predicadores, Prior del Convento de San Onofrio, y Calificador de los santos Tribunales de la Inquisición de Barcelona y Valencia, Impresos en Valencia, en casa de Pedro Patricio Mey, junto a Sant Martín. MDCXIII,/ 1613, Tomo I, Libro VI, pp. 270-271.
[28] CARUANA Y GÓMEZ DE BARREDA, Jaime. Índice de los pergaminos y documentos insertos en ellos, existentes en el Archivo de la ciudad de Teruel, Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, Madrid, 1950, documento 4, p. 32.
[29] Archivo Histórico Nacional [AHN], Orden de Montesa, copia simple en papel, siglo XVIII. Inserto en un documento eclesiástico de fecha 16 de abril de 1327. Cf. JAVIERRE MUR, Áurea Lucinda. Privilegios Reales de la Orden de Montesa en la Edad Media: catálogo de las series existentes en el AHN, Junta técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos, Madrid 19(45), p. 119.
[30] GUAL CAMARENA, Miguel. Precedentes de la Reconquista Valenciana, Valencia, 1952, documento XLVII.
[31] Anónimo de Madrid y Copenhague, texto árabe y traducción por Ambrosio HUICI MIRANDA (1879-1973), Valencia, 1917, pp. 114-115. Citado por Guillermo de León y Luis Mombiedro en Una cruzada, un noble y un castillo (1996), actualizado a marzo de 2001.
[32] Archivo de la Corona de Aragón (ACA), Chancillería, Pergaminos de Pedro I de Cataluña (=II de Aragón), nº 370; y Archivo del Gran Priorato de Cataluña, pergamino 1 del armario de Tortosa. Publicado por Bienvenido OLIVER y ESTELLER. Historia del Derecho en Barcelona, Barcelona 1886, (I), p. 397. GUAL CAMARENA (1952), documento L.
[33] GUAL CAMARENA (1952), documento LI. Hemos de entender que el documento alude a la quinta parte de lo que de antiguo pertenecía a los templarios, según los pactos de Ramón Berenguer IV con las órdenes militares, en relación con el testamento de Alfonso I el Batallador. Un papel anexo al documento dice que la permuta no llegó a realizarse para Ademuz y Castielfabib. Citado por Guillermo de León y Luis Mombiedro en op. cit.
[34] Archivo Catedral de Albarracín, Leg. 1, fol. 1486. ALMAGRO GORBEA, Martín. Historia de Albarracín y su sierra, Teruel, 1959, III, documento 21.
[35] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. “Buscando el castillo de Serreilla”, obra de Niceto Hinarejos Ruiz, en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz, del viernes 18 de enero de 2013.
[36] Alcalá de la Vega y su patrimonio histórico: http://www.alcaladelavega.com/documentos/catedral-de-albarracin/. Cf. Wikipedia, voz Pina (Castellón)
[37] VILLANUEVA, Joaquín Lorenzo. Viage literario a las iglesias de España, Madrid, 1804, III, Ap. III, pp. 225-227; TOMÁS LAGUIA, César. Catálogo de la Sección de Pergaminos de la S.I. Catedral de Albarracín, Teruel, 1955, pp. 225-226; MARTÍN ALMAGRO. Historia de Albarracín y su sierra, III, Ap. 23, pp. 130-131.
[38] Guillermo de León y Luis Mombiedro en su artículo citado (1996, actualizado en marzo de 2001).
[39] RIBA Y GARCÍA, Carlos. Carta de población de la ciudad de Santa María de Albarracín, según el códice romanceado de Castiel existente en la Biblioteca Nacional de Madrid, Zaragoza, 1915, Estudio Preliminar, I y II.

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