miércoles, 28 de noviembre de 2012

“TIEMPO DE TRASHUMANCIA”, ÚLTIMO LIBRO DE MARIANO LÓPEZ MARÍN.


A propósito de la última publicación del cronista oficial de Salvacañete (Cuenca).


"Desde niño he conocido el fenómeno de la trashumancia en mi propia familia.
Recuerdo cuando íbamos a esperar a los pastores
 que regresaban del reino a los corrales del Castillejo, en Casas Nuevas".


            Del autor y su obra.
           Hace algún tiempo alguien escribió un comentario en una entrada de mi blog, felicitándome por cierto artículo relativo a las ruinas de Moya;[1] lo firmaba Mariano López Marín, cronista Oficial de Salvacañete (Cuenca). Este fue mi primer contacto con el autor, pues yo pensaba que no le conocía. Pero en sucesivos correos personales el firmante me recordó que habíamos coincidido durante una “gachada” en Casasbajas –durante la VIII Feria Comarcal, en octubre de 2004- y que nos había presentado un amigo común, el señor Ángel Antón Andrés.[2]
            El señor Mariano –me refiero a Mariano López Marín (Salvacañete, 1953)- es maestro de Enseñanza Primaria en el colegio “Canónigo Muñoz” de Utiel (Valencia), donde ejerce como tal desde hace casi tres décadas, además de ser Cronista Oficial de su pueblo natal –desde 2004-: el tiempo vital lo distribuye básicamente entre su familia, la profesión y el estudio, investigación y divulgación de todo lo relativo a su tierra, de la que es probado entusiasta.

Vista de Salvacañete (Cuenca).
Vista de Salvacañete (Cuenca)
[Fotografía de Alfredo Montero Martínez].

            La pasión por su tierra se pone de manifiesto en sus colaboraciones periodísticas en diarios y revistas, encargándose además de los aspectos culturales de las fiestas locales y otras actividades educativas y didácticas. Su afición al estudio y el conocimiento histórico le han llevado a investigar todo lo relativo al antiguo marquesado de Moya, la sierra de Albarracín y el señorío de Molina de Aragón en relación con Salvacañete, haciendo extensiva su indagación a la zona donde reside, Requena y Utiel (Valencia). Prueba de ello son sus publicaciones etnográficas -Folklore de Salvacañete (2000)- e históricas -Salvacañete: su historia y sus gentes (Valencia, 2004)-; así como su participación en Congresos: Las revueltas comuneras en el Marquesado de Moya (1520-21). Participación de los comuneros de Mira y Requena. III Congreso de Historia comarcal (2007); El Señorío y castillo de Torrefuerte o de las Veguillas en los confines del Marquesado de Moya. II Encuentro de escritores e historiadores de Cuenca (2008); Las Herrerías del Cabriel: un proceso de industrialización y de relación entre zonas de frontera. IV Congreso de Historia comarcal (2009). Y sus publicaciones digitales en la web de Salvacañete y Amigos del Cabriel.
            En cualquier caso, se reconoce un apasionado del terruño, siendo el cariño por sus gentes lo que le ha llevado a estudiar, descubrir y popularizar la historia local mediante artículos, libros y conferencias.

El autor -Mariano López Marín (Salvacañete, 1953)- durante la presentación de su último libro: Tiempo de trashumancia (Valencia, 2012).
          
“Tiempo de trashumancia”, su última publicación.
El pasado 11 de agosto, López Marín hizo en Moya la presentación oficial de su último libro –Tiempo de trashumancia (Valencia, 2012)-: la promoción tuvo lugar en la iglesia de Santa María la Mayor, la más antigua y emblemática de las parroquias del marquesado. La introducción al acto la realizó don Teodoro Sáez Fernández, Cronista Oficial de Moya, que leyó unas páginas que traía escritas. Después el autor comentó el contenido del libro y firmó ejemplares a los numerosos asistentes que se lo solicitaron.
Como evidencia su título, el libro dice de la trashumancia, esto es, “de la acción y resultado de trasladar al ganado de las dehesas de invierno a las de verano, y viceversa”: una actividad en franco declive, pero que tuvo su relevancia en el pasado inmediato de la serranía de Cuenca y Albarracín. Porque no se trata sólo de llevar y traer el ganado, sino de la actividad vital, etnológica, cultural y económica que ésta conlleva. Ya que los ganaderos marchaban en los comienzos del otoño y regresaban en mayo, lo que implica seis meses de invernada, en que los hombres se hallaban lejos del pueblo, con todo lo que suponía para ellos y sus familiares, que quedan en casa: Cuántas veces al regresar los pastores en primavera conocían a un nuevo hijo que había nacido...
Uno de los aspectos más interesantes del libro de López Marín es que está escrito desde dentro –con un lenguaje sencillo y cálido, alejado del academicismo insensible- pues el autor se reconoce hijo de pastor trashumante, como otros ganaderos salvacañeteros: Desde niño he conocido el fenómeno de la trashumancia en mi propia familia. Recuerdo cuando íbamos a esperar a los pastores que regresaban del reino a los corrales del Castillejo, en Casas Nuevas... Pero no se trata de un libro de memorias, tampoco de simple recopilación testimonial, ya que el autor ahonda en la búsqueda de los antecedentes históricos del fenómeno pecuario, buscando en la bibliografía y archivos, y reuniendo abundantes referencias historiográficas.
La experiencia me dice que para ver si un libro me interesa, antes de nada debo observar el índice, donde se suele mostrar el contenido; por eso siempre aconsejo mirarlo en primer lugar. Con una simple ojeada podremos saber si el volumen es de nuestro interés. Porque muchas veces compramos libros por compromiso, porque tratan de nuestro pueblo o comarca, porque conocemos al autor o allí se menciona a alguien conocido, familiar o amigo..., pero sin la menor intención de leerlo. Cuando lo mejor que podemos hacer por un libro es leerlo y valorar su contenido.


Cartel anunciando la presentación de la última publicación -Tiempo de trashumancia (Valencia, 2012)- de Mariano López Marín en Salvacañete (Cuenca).

La estructura del libro que mostramos se halla organizada en torno a catorce apartados, cuya descripción basta para saber si responde a nuestras pretensiones:

(1)   Prólogo.
(2)   Introducción y justificación del trabajo.
(3)   [I] La vuelta de los pastores del reino. Tiempo de trashumancia en Salvacañete.
(4)   [II] Antecedentes históricos de la trashumancia y de las vías pecuarias.
(5)   [III] La ganadería en Salvacañete y en el Marquesado de Moya en el siglo XVIII.
(6)   [IV] Rutas trashumantes en el Marquesado de Moya en el siglo XVIII. Las vías pecuarias desde el siglo XVIII hasta la actualidad.
(7)   [V] La trashumancia ganadera en la Serranía Media y Baja de Cuenca, en la Sierra de Albarracín y en las Tierras de Molina de Aragón, y su relación con Salvacañete. Análisis socioeconómico hasta el siglo XXI.
(8)   [VI] La trashumancia en Salvacañete desde el punto de vista etnológico. Palabras del valenciano incorporadas al habla de los pueblos de la Serranía Baja de Cuenca. Vocabulario ganadero utilizado en Salvacañete. San Miguel, un santo que marca el calendario festivo, agrícola y ganadero: tiempo de contratación de pastores y de ferias. Instalaciones auxiliares para la ganadería. Profesiones unidas a la ganadería: esquileo, lana, telares y batanes. Cuando mi padre fue pastor y ganadero.
(9)   [VII] La ganadería en Salvacañete en el siglo XX y principios del XXI.
(10)           [VIII] Viejas estampas de ganados y de trashumancia en Salvacañete y sus aldeas.
(11)           [IX] Las cañadas, veredas y cordeles y su importancia cultural, histórica y etnológica.
(12)           [X] La Vereda Real de Castilla y el paso de los ganados trashumantes de Salvacañete por Chera.
(13)           [XI] Homenaje poético a profesiones unidas a la trashumancia.
(14)           Agradecimientos y bibliografía.

Viendo la reseña epigráfica del contenido del libro, enseguida advertiremos si resulta de nuestro interés. Aunque uno no puede dejar de preguntarse, ¿a quién puede interesar hoy el conocimiento de esta actividad? Pues se trata de un tema local muy específico, aunque no sólo trata de Salvacañete, sino de toda la serranía baja de Cuenca y regiones del entorno, incluyendo las más próximas de Albarracín en Teruel y otras más alejadas, como las de Molina de Aragón en Guadalajara. Resulta evidente que les interesará con preferencia a los salvacañeteros, pero no en exclusiva, pues a mí que no lo soy también me ha interesado, en tanto trata de un fenómeno agropecuario que hace a la historia comarcal y general, y todo lo que hace a la zona me concierne. 

"Antiguos camino pastoriles de España", mapa elaborado por Vicente Paredes Guillén, arquitecto.

Desde una óptica personal, me ha interesado el capítulo (4) [II] Antecedentes históricos de la trashumancia y de las vías pecuarias. Resulta de interés saber cómo la actividad trashumante se ha venido desarrollando desde la antigüedad prerromana, extendiéndose hasta nuestros días. Sin embargo, su origen en la región proviene de la Reconquista, desarrollándose paralelamente al avance cristiano. Igualmente ver cómo la supresión de la Mesta por el aumento de población y el hambre de tierras llevó a la “fiebre” por las “tierras de pan llevar”, lo que condujo a la tala y roturación de terrenos improductivos que finalmente hubo que abandonar, “quedando convertidos éstos en páramos desarbolados” de los robles, pinos y encinares que los poblaban. Como dice el autor, lo razonable hubiera sido reformar la Mesta, no abolirla, “aprovechando los aspectos positivos de aquella organización”.
Los siguientes también me han gustado, particularmente el capítulo (5) [III] y (6) [IV] que dicen de la ganadería y trashumancia en Salvacañete y tierras del marquesado -en el siglo XVIII-, incluyendo el desarrollo y descripción de las vías pecuarias de la zona.
El capítulo (7) [V], donde se dice de la trashumancia ganadera en la serranía media y baja de cuenca, y sus relaciones con Albarracín y las tierras de Molina de Aragón, resulta especialmente trabajado, diciéndonos de los orígenes y evolución de la actividad ganadera y trashumante en la zona serrana, y de los distintos sistemas utilizados en el traslado de los ganados: ferrocarril, camión, vías pecuarias. En el transporte por ferrocarril estudia las estaciones, las fechas de carga y descarga y su situación en la última década del siglo pasado. Respecto al transporte mediante camión, lo justifica por la “incomodidad de viajar a pie, especialmente en invierno debido a las inclemencias del tiempo, y la escasez de pastos en la vía pecuaria, y las condiciones y precios del transporte ferroviario y la posterior desaparición”, lo que ha favorecido que este medio “experimentara un auge muy importante en los últimos años” del decenio 1980-90. Respecto al uso de las vías pecuarias, estudia sus infraestructuras y las rutas ganaderas hasta las estaciones de embarque, los itinerarios hacia levante y Sierra Morena, diciendo también del estado viario, favorecido por el propio tránsito ganadero. Asimismo, dice del factor humano, considerando que “el inicio de los ganaderos en la actividad trashumante no es algo casual”, pues éstos “trashuman por tradición familiar”, estableciendo una serie de consideraciones. Concluye el capítulo con un “resumen”, donde manifiesta que “a pesar de todos los problemas y dificultades que los ganaderos trashumantes encuentran hoy en día”, lo que más les preocupa “es la escasez de beneficios económicos”, lo que de facto “condiciona la supervivencia de la trashumancia”.

Corral o paridera utilizado por los ganaderos durante la trashumancia, sito en La Arcolla (Chera), de paso por la Vereda de Castilla, también conocida como "vereda alcarreña".

Con todo, el que más me ha complacido es el capítulo (8) [VI], donde se dice de la trashumancia desde el punto de vista etnológico. Resulta curioso ver cómo han arraigado en esta zona de Castilla palabras de origen valenciano, traídas por los ganaderos trashumantes: fenómeno que también se produce en otras actividades de desplazamiento de personas, como fueron la siega o cosecha del arroz, el trasporte de la madera por los ríos, el de los arrieros con sus recuas de pollinos, o el comercio al por menor de ciertos productos entre localidades alejadas. De la misma forma, resulta útil la recopilación del lenguaje propiamente ganadero, aplicado a los tipos de ganado –cabras, ovejas, vacas- y al pastor y sus vestidos: abarcas, manta, morral, polainas, zurrón... Y a las actividades propias de la profesión, la esquila y sus herramientas, incluyendo multitud de voces del antiguo acerbo común: palabras y expresiones que con una terminología específica nos dicen de la vida diaria de otro tiempo y que las nuevas generaciones ya no comprenden. Dentro de este mismo capítulo se recoge la influencia del santoral en el devenir del calendario festivo, agrícola y ganadero de estos pagos. Aquí se acopian curiosidades etnológicas e históricas vinculadas a la devoción de san Miguel, tanto en tierras de Salvacañete como en las del antiguo marquesado: la vida de los pastores y el tiempo de su contratación, el desarrollo de las ferias de ganado: En los bares se celebraban los “alboroques”, cuando se hacían los tratos..., pues en las ferias se llevaban a cabo multitud de transacciones: La feria de Landete en San Miguel marcaba un antes y un después en el pueblo, en la comarca y en zonas próximas como el Rincón de Ademuz y pueblos limítrofes de Cuenca y Teruel... –como hijo de tratante, yo también he conocido este ambiente-: Cuando las gentes regresaban a sus localidades de origen venían con una caballería nueva, con una venta realizada de alguna cría [...], con aperos nuevos que habían comprado [...], tal vez una caldera nueva y con algún recuerdo para los familiares, generalmente dulces como el turrón o los chupones...

Ganado trashumante de los hermanos Martínez -Vidal e Ismael- cruzando la CN-420 en La Almarcha (Cuenca).

El capítulo sigue con el estudio de las instalaciones auxiliares para la ganadería, como los corrales, descubiertos y parideras, abrevaderos, lugares donde se colocaban las “álegas” piedras para la sal: todo ello combinado con una rica toponimia. Asimismo, recoge la serie de profesiones relacionadas con la actividad ganadera, tal el esquileo y las antiguas industrias relativas a la lana, como batanes y telares: Un aspecto económico que mantuvo unido, durante al menos un siglo, a Salvacañete con la Comunidad de Aldeas de Albarracín fue la industria textil ubicada en Tramacastilla. A la fábrica de lanas de esta localidad iban gentes con caballerías cargadas de lana desde Salvacañete y sus aldeas y desde otros lugares próximos como Alcalá de la Vega, Salinas del Manzano, El Cubillo y otros del partido de Cañete. Y en el trajín caminero: Se traían mantas y otros productos como madejas de lana, mandiles, pantalones de pastor, cordellates, hilo para calcetines, todos ellos necesarios en una economía rural basada en el intercambio de productos entre unas zonas y otras... El capítulo concluye con la inclusión del testimonio del padre del autor -Cuando mi padre fue pastor y ganadero-, de gran interés para la comprensión del desarrollo, problemática y circunstancias de la vida local en otro tiempo, por lo demás no tan lejano.
En el siguiente capítulo (9) [VII] se dice de la ganadería en Salvacañete –en el siglo XX y XXI-: entre otras cuestiones, aquí recoge la particular trashumancia de las colmenas, un aspecto menos conocido de la actividad económica local, asimismo afectada por la necesidad del desplazamiento estacional.
En el capítulo (10) [VIII], se recogen una serie de evocaciones literarias relativas al mundo rural y ganadero, que el autor vincula a Salvacañete y la Hoya del Peral -de donde eran sus antecesores paternos-, así como en La Hondonada, Masegarejo, Torrefuerte, Casas Nuevas y Valle de Carmona: topónimos todos ellos familiares para los vecinos del Rincón de Ademuz. La lectura de sus impresiones sobre estos lugares nos aproxima al conocimiento del mundo de la trashumancia y la vida campesina.

La esquila, una actividad ganadera relacionada con la trashumancia.
Ganados trashumantes en la vereda.

Los siguientes capítulos (11) [IX] y (12) [X] dicen de los caminos ganaderos, esto es, de las cañadas, veredas y cordeles, destacando su importancia cultural, y de la Vereda Real de Castilla –también conocida como “vereda alcarreña”-, apartado en el que se incluyen las “jornadas de vereda”, que el autor describe en diez etapas: desde Salvacañete-Benarruel (Moya) hasta Turís-Llombay (Valencia), según un trabajo realizado por Antonio García Lacruz, Cronista Oficial de Chera. El trazado incluye una serie de mapas con el recorrido de las diez etapas necesarias para cubrir el camino, los lugares de paso tradicionales y su distancia en kilómetros.
El último capítulo (13) [XI] constituye una dedicatoria poética a las profesiones vinculadas con la ganadería: pastores, esquiladores, cabreros, duleros...: vaya mi homenaje más sincero en forma de versos nacidos del corazón de alguien que vivió en su familia la realidad de la ganadería y de la trashumancia. Se trata de eso, de un homenaje poético –bucólico y pastoril- lleno de sentimiento.
El autor deja un apartado final (14) para los “Agradecimientos” y la “Bibliografía”: la reseña bibliográfica constituye la apoyatura científica e historiográfica utilizada para justificar un trabajo, que aquí se avala sobradamente.

Ganados trashumantes en la vereda.

Ganados trashumantes camino de la Fuente del Pino en Salvacañete (Cuenta) [Fotografía de Alfredo Montero Martínez].


A modo de conclusión.
Tiempo de trashumancia (2011) –obra de Mariano López Marín encuadernada en rústica, tapa blanda, 21x30 cm, 159 páginas, Editorial Rodeno- es para mí un libro precioso, con un contenido denso y ameno, generosamente trabajado, en el que hay muchas horas de esfuerzo e ilusión. Como se decía arriba, está escrito desde dentro, con sabiduría y amor, a la vez que con “mucho empeño y dedicación”, lo que se hace evidente desde las primeras páginas.
Tras su lectura vemos como en el mundo rural de nuestros padres y abuelos todo estaba relacionado, el hombre y su actividad, los animales, los campos y el medio natural, formando una sociedad compleja e interdependiente, cuyo desarrollo tenía lugar en el marco repetido de las estaciones y ordenado por el santoral.
La recopilación llevada a cabo por el autor constituye un acierto en todos sus aspectos, pues contribuye a acercarnos –cuando no a descubrirnos- ese mundo en trance de desaparecer que fue el de la ganadería trashumante, con todas las implicaciones, económicas, etnográficas, culturales y humanas que conlleva. Y lo hace desde una doble perspectiva, aunando su conocimiento personal -afectivo, familiar, vital- con el estrictamente historiográfico, basado en la bibliografía y los documentos.
El libro incluye gráficos, tablas, mapas y fotos... Quizá sean las fotografías en blanco y negro lo único que desdice del contenido, pues el medio utilizado impide disfrutar de las estupendas imágenes: para ello hubiera sido necesario usar papel satinado o aumentar el tamaño de las mismas.


Los hermanos Martínez, ganaderos de la trashumancia, descansando tras una etapa en la vereda.

Pastor trashumante con su ganado en la vereda.
           
            En suma, se trata de uno de esos libros en los que aprender -y comprender- cómo fue la vida rural de otro tiempo en esta zona, siempre sacrificada, dificultosa y precaria. Pienso que el autor puede sentirse satisfecho, pues su obra se lee con agrado, en tanto recopila con gran objetividad, a la vez que con sencillez y ternura el esfuerzo de los que nos precedieron por las veredas y caminos de nuestra historia local... ¡Felicidades Mariano y gracias por tu dedicación! Vale.


© Alfredo SÁNCHEZ GARZÓN.
De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).





[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Visita guiada a las ruinas de Moya (Cuenca), en: http://alfredosanchezgarzon.blogspot.com.es/2012/10/visita-guiada-las-ruinas-de-moya-y-ii.html, del jueves 18 de octubre de 2012.
[2] ID. A Ángel Antón Andres, in memoriam, en: http://alfredosanchezgarzon.blogspot.com.es/2011/10/angel-anton-andres-in-memoriam.html, del lunes 17 de octubre de 2011.


Nota
Las fotografías utilizadas para ilustrar esta entrada proceden de:
LÓPEZ MARÍN, Mariano. Tiempo de trashumancia, en: http://mariano-recuerdosyaoranzas.blogspot.com.es/2012/11/tiempo-de-trashumanciahomenaje-los.html, del sábado 24 de noviembre de 2012, y del perfil del propio autor en facebook: https://www.facebook.com/mariano.lopezmarin.3/photos.

Portada del último libro de Mariano López Marín: Tiempo de trashumancia (Valencia, 2012), Ediciones Rodeno.

5 comentarios:

mariano dijo...

Gracias Alfredo por este gran artículo.He disfrutado muchísimo con él.Me alegro un montón que te haya gustado el libro.Lo escribí con mucho cariño en homenaje a mi familia en particular y a los muchos ganaderos trashumantes de las tierras de Moya y zonas aledañas.Lo de las fotos tienes razón.Si lo hubiese editado yo lo hubiese hecho en papel satinado para conseguir mas calidad.Pero el editor ha intentado ahorrarse dinero.Pero lo disculpo porque ya es una proeza editar un libro en estos tiempos que corren.Gracias nuevamente. Saludos.
Mariano.

ALFREDO SÁNCHEZ GARZÓN dijo...

Hola, Mariano: ha sido un placer leer tu libro y hacer su reseña, pues he aprendido muchas cosas leyéndolo. Resulta sorprendente ver la riqueza etnográfica que se esconde tras cada actividad del mundo rural: terminológica, toponímica, histórica y cultural. Creo que por un trabajo así merece la pena esforzarse... Un abrazo.

Inane dijo...

Hola Mariano,

Recientemente he adquirido su trabajo llamado "Tiempo de trashumancia" con motivo de un regalo a mi padre (él nació en "Los Cortijos" ) anteriormente he querido adquirir sus otros trabajos, como por ejemplo: "Salvacañete: sus gentes..." pero me ha sido imposible encontrarlo. Podrían ayudarme en esta busqueda?

Enhorabuena por su trabajo y espero puedan ayudarme.

Un saludo y muchas gracias

ALFREDO SÁNCHEZ GARZÓN dijo...

Hola, Inane: creo que para adquirir los libros de Mariano López Marín lo mejor es ponerse en contacto con él, por ejemplo, a través de facebook, solicitarle amistad y/o mandarle un mensaje privado. Un cordial saludo y gracias por su comentario.-

Inane dijo...

Muchas gracias Alfredo, he hecho lo que me recomienda, contactar con él vía Facebook.

Muchas gracias!